El yudo es un deporte que practican tanto hombres como mujeres. Envuelve movimiento y ritmo; usar la fuerza del otro para hacer las tomas. Su filosofía básica no se apoya en la fuerza física. De hecho, las cualidades que, según se piensa, expresan naturalmente las mujeres, como ser gracia, flexibilidad y agilidad, son fundamentales en yudo.
En este deporte, el concepto clásico de fuerza tiene otra connotación.
La base para establecer la igualdad entre hombres y mujeres, en cualquier campo que sea, se encuentra en el hecho espiritual de que todos somos los hijos del mismo Padre, Dios. Y ese Dios nos ama infinitamente, sin excepción. Ella/Él nos crea y nos ve iguales. Me encanta el hecho de que el Padre Nuestro que nos dio Jesús, comienza con las palabras “Padre Nuestro”. Esa palabrita “nuestro” realmente une a todos los hombres y mujeres.
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