Ciencia Y Salud dice: “No temáis que la materia pueda doler, hincharse e inflamarse como resultado de una ley de cualquier índole, cuando es evidente que la materia no puede tener dolor ni padecer inflamación” (pág. 393). Estas palabras me vinieron al pensamiento poco después de que me empezó a doler un diente y era evidente que tenía un absceso. Aunque el mensaje me dio mucho consuelo, el diente me seguía doliendo, así que le pedí tratamiento a un practicista de la Christian Science, que me ayudó de inmediato.
Durante los siguientes dos días el dolor fluctuó de un extremo a otro. Por último, el practicista me recordó que puesto que Dios es perfecto, el hombre como Su reflejo también debe ser perfecto. Como dice la Sra. Eddy: “La comprensión, semejante a la de Cristo, del ser científico y de la curación divina, incluye un Principio perfecto y una idea perfecta —Dios perfecto y hombre perfecto— como base del pensamiento y de la demostración" (Ibid., pág. 259).
Comencé a buscar referencias sobre el hombre perfecto en las Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy, y no mucho después, el absceso comenzó a drenar, el dolor desapareció, y disminuyó la inflamación de la cara. Uno o dos días después había desaparecido por completo.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!