Estaba en la cárcel,
cuando abrí mi corazón a Dios,
y fui transformado.
Y es por eso que hoy, mujer,
veo tan claro lo que vales.
Sé que todos somos hijos del mismo padre que es Amor;
y de una Madre que es justa y amorosa con todos Sus hijos e hijas.
Mujer, hija de Dios, yo te admiro.
Tú que te quedas en casa con tu marido e hijos.
o en el trabajo, ayudando al progreso del mundo.
Mujer, te valoro, porque veo que Dios te ha creado
para que pudiéramos ser compañeros.
Quiero darte lo mejor que pueda,
para que podamos tener una vida honesta, con respeto mutuo;
construiremos una vida juntos, y el amor nos protegerá.
Mujer, lo que me atrae de ti es tu confianza en Dios:
sé que le preguntarás qué camino seguir,
y las puertas se te abrirán.
Mujer, veo lo que vales y te respeto;
tú que tienes a Dios en tu corazón.
Mujer, expresas inteligencia, rectitud y paciencia,
Tu sinceridad me conmueve; en ella veo la belleza de los hijos de Dios;
tu fidelidad me fortalece.
Ahora entiendo que el pecado trae insatisfacción,
y trata de destruir todo lo bello que tenemos.
Ahora sé que el adulterio sólo trae vacío, y
oro para que todos puedan ver el valor del amor puro.
Oro por ti, para que tengas una vida mejor y seas más respetada.
Oro por ti, para que todos los hombres puedan saber cómo tratarte con ternura.
Oro para que puedan ver únicamente la inocencia divina que en ti se manifiesta.