Todas Mis Ilusiones quedaron anuladas ante las carcajadas del experto botánico del vivero de mi barrio: "Todo lo que usted tendrá será una linda planta verde, jamás una flor".
Cada temporada, mi hija aparece con su linda sonrisa y su ramito de jazmines del Cabo, sabiendo que son mis favoritos. Alguien me dijo cómo hacer una planta partiendo de una flor y me pareció una buena idea hacerlo. Así iba a ver reflejadas en mi pequeño jardín dos manifestaciones de Dios: el amor expresado por el gesto de mi querida hija, y la belleza y armonía de las cuales las flores son un símbolo.
Al cabo de un tiempo ya tenía una pequeña planta, la que, según el botánico, no tendría floración porque carecía del "mustio salvaje" (término que el botánico nunca explicó qué era).
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