Debían De Ser como la una de la madrugada cuando llamó a la puerta. Atemorizada, llorando, con su pequeño hijo, preguntó si podía pasar la noche con nosotros. Ella y su pareja se habían peleado. Él la golpeó, y ella huyó de la casa con su hijo.
Por la mañana, comenzó a llorar otra vez al ver su cara en el espejo, pensando que tenía la nariz rota y que iba a quedar "fea". Oramos juntas y la inflamación desapareció. Pronto la nariz no tenía ninguna marca o golpe, y el rostro había recuperado su encanto. Permaneció con nosotros durante varias semanas, tal vez meses, antes de decidirse a volver con su amigo. A lo largo de los años que pasaron desde entonces, han tenido sus momentos buenos y malos, pero ella ha ido obteniendo una libertad mental y emocional cada vez mayor; y ha logrado una independencia económica y personal.
Cualquiera sea el lugar geográfico o el nivel económico que tengan, es importante que las mujeres se den cuenta de que tienen el derecho a ser respetadas por el hombre que tienen al lado. Una mujer no es una posesión para ser usada y abusada a voluntad, ni tampoco son las mujeres trofeos que se pueden coleccionar. Dios creó a la mujer y al hombre iguales, y todos son bendecidos a medida que comprendemos que la igualdad es un derecho divino.
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