Se Nos Rompe el corazón cuando vemos sufrir a gente inocente. Durante una guerra, mucha gente inocente es herida por soldados que lo más probable es que no tengan nada en contra de esa gente. Esos actos después pueden muy bien atormentar a los soldados. Si nuestras oraciones no han prevalecido y no han podido impedir tal sufrimiento, ¿podemos esperar acaso que puedan mitigar el dolor y futuros daños? La respuesta es un sobrio, más no dubitativo, "sí'. La oración que reconoce a Dios tiene poder sobre la tierra.
La tentación es dejar de orar cuando nuestras oraciones no han logrado prevenir alguna situación como quisiéramos. Ahora mismo podemos dejar de lado esa tentación y dedicarnos a estudiar y a meditar sobre lo que va a aumentar nuestra comprensión de Dios y fortalecer nuestra fe.
El abrazo que el amor desinteresado ofrece con la oración, es sentido por las víctimas de todo tipo de tragedias. Los relatos que se publican en esta revista dan testimonio de instancias específicas cuando los individuos han sentido los beneficios de las oraciones de fuentes desconocidas. Esas oraciones, llenas de fe, que buscan el bienestar de toda la humanidad, se realizan constantemente. No podemos calcular la influencia que tienen y no debemos subestimar su enorme influencia. Cristo Jesús, cuyas oraciones tenían más influencia que ninguna otra persona en la tierra, nos enseñó que nuestras oraciones tienen que comenzar reconociendo nuestra relación con Dios, la presencia de Su reino, y el cumplimiento de Su voluntad sobre la tierra. Véase Mateo 6:9–13.
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