Hay Muchas maneras de comenzar un comentario en contra del terrorismo, pero sólo hay una manera de terminarlo, es decir lograr resolver y sanar la situación.
El fuego y el polvo de la destrucción que hemos presenciado nosotros como nación, así como el mundo entero, surge del fuego y polvo de la demencia. Espantados y llenos de ira caemos de rodillas y oramos para encontrar en este momento sagrado y de búsqueda espiritual, la más refinada medida de lo que es correcto para sanar nuestro pesar y guiar nuestra justicia.
Ha llegado la hora de la transformación. En los últimos meses se han producido varias situaciones perturbadoras. Todas ellas sólo coinciden en el hecho de que son malas y erradas. Van desde ataques de tiburones hasta problemas económicos mundiales, pasando por persecuciones y esclavitud humana, además de luchas entre sectas y venganza tras venganza. Desde la mínima manifestación hasta la de proporciones masivas, desde afrentas personales hasta bombardeos suicidas, este mal, y la mentalidad que lo incita, deben ser reprimidos.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!