Los saludo cariñosamente, deseando que se encuentren gozando de las ricas bendiciones que reciben de nuestro Dios Padre. Nosotros por acá bien gracias a Dios.
Les digo que estoy muy, pero muy agradecido porque contestaron mi carta y me llegó la maravillosa e importantísima revista llamada El Heraldo de la Christian Science, del mes de junio 2001.
Saben me encuentro muy feliz. Los mensajes y las experiencias tienen un toque espiritual muy profundo que nos llevan a aprender más de Dios. Sus mensajes verdaderamente son las buenas nuevas. Ya no me siento solo. Ya no me desespero. Estoy aprendiendo a ver todas las cosas con amor.