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Encontremos la Paz

El arco iris de la paz

Del número de diciembre de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Oscuras Nubes cubrían el cielo. Iba manejando por la autopista de regreso a casa del trabajo, cuando de pronto en la distancia un rayo de sol apareció entre las nubes. La vista era hermosa. Un sencillo pero convincente recordatorio de la omnipresencia, la bondad y armonía de Dios. Pero nada me preparó para lo que estaba por ver. Cuando me acercaba a mi salida, apareció un arco iris enorme en el cielo. Nunca había visto algo así. El arco iris no sólo era muy ancho, sino que tenía colores muy fuertes, azul, rojo, naranja, amarillo. Era majestuoso. De hecho, fue un suceso tan sorprendente que esa noche lo mencionaron en las noticias.

De inmediato recordé que el arco iris representa esperanza. Es el símbolo del pacto eterno que Dios hizo con Noé después del diluvio. Noé había mostrado ser obediente y humilde, por eso Dios le prometió que no habría otra inundación así. Génesis 9:15. Y entregó en sus manos y a todas las generaciones por venir, todo lo que está en la tierra. Le prometió al hombre que podría superar cualquier cosa que tratara de impedirle disfrutar de la herencia que Él le dio. Básicamente, Dios le estaba prometiendo a Noé paz.

Muy a menudo, cuando enfrentamos o nos enteramos de ataques o guerras de todo tipo, ya sean militares, terroristas, económicas, o disturbios sociales, nos sentimos tan abrumados e impotentes, que nos olvidamos de la omnipresencia de Dios y de esa promesa que le hizo al hombre. Incluso puede que nos preguntemos ¿Dónde está Dios?

Pero hay algo que podemos hacer. Podemos orar. Una oración que no es una simple repetición de frases aprendidas de memoria, sino la consciente insistencia de que Dios está siempre presente y tiene todo el poder. La comprensión de que todo el poder le pertenece a Dios, y que Él es bueno, también le niega todo poder al mal. Una oración llena de amor que incluye a todos es muy eficaz. Especialmente cuando está llena de compasión incluso hacia quienes se han portado mal con nosotros o han hecho cosas terribles. Contempla a cada hombre como la imagen y semejanza espiritual de Dios. De manera que en nuestras oraciones reconocemos su verdadera identidad como hijos de Dios y eso contribuye a sanar cualquier situación con la que estemos luchando.

El odio y la venganza no ayudan a que el mundo sea un mejor lugar para vivir. Por el contrario, ellos perpetúan el viejo mandato de "ojo por ojo y diente pro diente". Mandato que Jesús reemplazó por "ama a tu prójimo como a ti mismo" "amad a vuestros enemigos". Mateo 5:38–48.

La comprensión de que Dios tiene todo el poder, le quita poder al mal.

Muchas veces somos demasiado rápidos para condenar el comportamiento ajeno, cuando en realidad lo que se necesita es un cambio en nuestro propio pensamiento y acción. A mí me gusta mucho el mensaje de la canción "Man in the mirror" (El hombre del espejo) que canta Michael Jackson. Dice que si uno quiere hacer de este mundo un lugar mejor, debe empezar por cambiar uno mismo.

Para lograrlo hay que ser persistente. Es difícil que se produzca un cambio de la noche a la mañana. Pero cuanto más oremos y pongamos en práctica las ideas que nuestras oraciones nos traen, más fuerte será nuestra confianza en Dios y en la habilidad que nos ha dado para cambiar y mejorar nuestra manera de vivir. Cuanto más fuertes seamos espiritualmente y más comprendamos el amor de Dios, más difícil será que seamos vulnerables a toda guerra, odio, enfermedad, pobreza o inseguridad. Cuando aprendemos que tenemos una relación inseparable con Dios, tenemos acceso a lo que contribuirá a que haya paz: más sabiduría, más humildad y perdón, más amor y gratitud.

Pienso en Cristo Jesús y en las cosas terribles que sufrió incluso antes de ser crucificado. Todo resentimiento, odio y ansia de venganza, estaban obviamente fuera de consideración, si él quería cumplir con su misión. El tenía el poder para librarse de ese sufrimiento, pero sabía que su misión era mucho más importante. !Cuánto amor, perdón y humildad debe haber sentido para poder resucitar de los muertos y ascender! De otro modo nunca lo hubiera logrado.

La Sra. Eddy escribió que la Verdad y el Amor deben siempre llenar el pensamiento de la gente. Y luego agregó que "no hay puerta por la cual pueda entrar el mal, ni espacio que el mal pueda ocupar en una mente llena de bondad. Los buenos pensamientos son una armadura impenetrable; revestidos de ellos estaréis completamente protegidos contra los ataques de toda clase de error. Y no sólo estaréis a salvo vosotros mismos, sino que también se beneficiarán todos aquellos en quienes pensáis... El que tiene pensamientos buenos mora bajo la sombra del Omnipotente. Sus pensamientos sólo pueden reflejar paz, buena voluntad hacia los hombres, salud y santidad".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 210.

Hace varios años tuve la oportunidad de ser útil y ayudar a mejorar la situación de algunas personas. Una mañana muy fría de invierno, iba de camino al trabajo en el tren, y pasamos por una estación que sólo se usa cuando hay juegos de béisbol. Eran como las 7:30, y vi a dos personas sin hogar durmiendo en la estación. También había un niño pequeño. Mi corazón se conmovió profundamente. Comencé a orar sabiendo que Dios estaba con ellos y a preguntarme cómo podía ayudarlos. Entonces recordé que dos días atrás habían distribuido en mi oficina un boletín sobre los albergues que hay en la ciudad. Cuando llegué a mi oficina, me comuniqué con uno de los albergues y les conté de esa gente en la estación. Entonces me enteré de que los albergues tienen camionetas que recorren la ciudad, recogiendo gente sin hogar que quiera ir al albergue. Allí les dan comida caliente y pueden quedarse a dormir y protegerse del frío. Me dijeron que irían a ver el lugar que yo les indiqué. Al día siguiente, cuando pasé por la estación, no había nadie durmiendo allí. Pienso que aceptaron que los llevaran a un lugar donde estarían mucho mejor.

Cuando nos esforzamos por conocer la ley de armonía, salud y amor de Dios, nuestras oraciones producen un cambio favorable en este mundo. Nosotros podemos traer armonía y contribuir a que la promesa del arco iris de la paz sea una realidad para todos.

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