Un Día me llamó por teléfono mi hermana diciéndome que mi sobrina se había caído del cuarto piso de su casa, y que se encontraba en el hospital. Me pidió que fuera a acompañarla. En ese momento recordé varios pasajes del libro Ciencia y Salud. Todos ellos reforzaron mi confianza de que para Dios todo es posible y que Él mantiene a Su reino intacto. También pensé que Dios nos ama a todos, y que por lo tanto también amaba a mi sobrina.
Al llegar al hospital, mi hermana se me acercó, diciéndome que la niña estaba muy mal; que los médicos, despues de sacarle unas 20 radiografías, le habían dicho que no podría caminar y que tal vez tampoco podría hablar. Que tenía fracturas en la columna, en las costillas, el cuello, y dislocado un hombro. De inmediato le dije que confiara plenamente en que Dios era el único que la podía sanar, y la sanaría. Mi hermana se tranquilizó y le dije que me gustaría ayudar a mi sobrina con la oración, por lo que ella se sintió muy agradecida.
El primer día vino mucha gente a averiguar el estado de la niña. Entonces mi hermana me dijo que alguien se debía quedar a cuidarla de noche. Yo le dije que podía quedarme. Pensé que sería una buena oportunidad para estar a solas con la niña y orar.
Leí el libro Ciencia y Salud casi todo el tiempo, principalmente la página 16 donde dice: "Sólo a medida que nos elevamos por encima de toda sensación material y de todo pecado, podemos alcanzar la aspiración celestial y la consciencia espiritual que están indicadas en el Padre Nuestro y que sanan instantáneamente al enfermo". Oré el Padre Nuestro con su interpretación espiritual, analizando cada frase. Por ejemplo, leí: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y el Amor se refleja en Amor", y pensé que el Amor de Dios se reflejaba en ella, y el Amor de Dios la sanaba, porque ella es hija de Dios. Luego continúa diciendo: "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Y Dios no nos mete en tentación, sino que nos libra del pecado, la enfermedad y la muerte. Porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Porque Dios es infinito, todo poder, todo Vida, Verdad, Amor, está por encima de todo, y es Todo". Y en esta parte era donde más seguridad yo sentía.
Siempre he tenido la confianza de que Dios hace todo el trabajo. Días más tarde, estaba junto a mi sobrina, cuando se me acercó una enfermera para decirme que mi sobrina estaba muy, pero muy mal. En ese instante empecé a orar en silencio declarando fuertemente que la omnipresencia, omnipotencia, omnisciencia y omniacción del Amor divino estaban ahí con nosotras, y que esa verdad sanaba. Casi al instante el cuerpo de mi sobrina se movió, y tuve la certeza de que había sido sanada.
Al siguiente día, la trasladaron a la sala de recuperación. Empezó a moverse, a hablar, a comer. A mi hermana le habían dicho que mi sobrina estaría por lo menos un mes y medio hospitalizada, además de que nunca se recuperaría del todo. Mi sobrina estuvo solamente quince días en el hospital, y cuando los médicos la dieron de "alta" le dijeron a mi hermana que no se explicaban cómo era que a su hija se le habían sanado las fracturas, y que además podía hablar y reconocer a todos sus familiares. Que era ¡un verdadero milagro!
Doy muchísimas gracias a Dios por esta curación que no ha dejado secuelas en la vida de mi sobrina. También estoy agradecida por el libro Ciencia y Salud, donde aprendí que el Amor divino es nuestra mejor ayuda.
México D.F., México
