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Niña sana tras caer de un cuarto piso

Del número de diciembre de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un Día me llamó por teléfono mi hermana diciéndome que mi sobrina se había caído del cuarto piso de su casa, y que se encontraba en el hospital. Me pidió que fuera a acompañarla. En ese momento recordé varios pasajes del libro Ciencia y Salud. Todos ellos reforzaron mi confianza de que para Dios todo es posible y que Él mantiene a Su reino intacto. También pensé que Dios nos ama a todos, y que por lo tanto también amaba a mi sobrina.

Al llegar al hospital, mi hermana se me acercó, diciéndome que la niña estaba muy mal; que los médicos, despues de sacarle unas 20 radiografías, le habían dicho que no podría caminar y que tal vez tampoco podría hablar. Que tenía fracturas en la columna, en las costillas, el cuello, y dislocado un hombro. De inmediato le dije que confiara plenamente en que Dios era el único que la podía sanar, y la sanaría. Mi hermana se tranquilizó y le dije que me gustaría ayudar a mi sobrina con la oración, por lo que ella se sintió muy agradecida.

El primer día vino mucha gente a averiguar el estado de la niña. Entonces mi hermana me dijo que alguien se debía quedar a cuidarla de noche. Yo le dije que podía quedarme. Pensé que sería una buena oportunidad para estar a solas con la niña y orar.

Leí el libro Ciencia y Salud casi todo el tiempo, principalmente la página 16 donde dice: "Sólo a medida que nos elevamos por encima de toda sensación material y de todo pecado, podemos alcanzar la aspiración celestial y la consciencia espiritual que están indicadas en el Padre Nuestro y que sanan instantáneamente al enfermo". Oré el Padre Nuestro con su interpretación espiritual, analizando cada frase. Por ejemplo, leí: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y el Amor se refleja en Amor", y pensé que el Amor de Dios se reflejaba en ella, y el Amor de Dios la sanaba, porque ella es hija de Dios. Luego continúa diciendo: "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Y Dios no nos mete en tentación, sino que nos libra del pecado, la enfermedad y la muerte. Porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Porque Dios es infinito, todo poder, todo Vida, Verdad, Amor, está por encima de todo, y es Todo". Y en esta parte era donde más seguridad yo sentía.

Siempre he tenido la confianza de que Dios hace todo el trabajo. Días más tarde, estaba junto a mi sobrina, cuando se me acercó una enfermera para decirme que mi sobrina estaba muy, pero muy mal. En ese instante empecé a orar en silencio declarando fuertemente que la omnipresencia, omnipotencia, omnisciencia y omniacción del Amor divino estaban ahí con nosotras, y que esa verdad sanaba. Casi al instante el cuerpo de mi sobrina se movió, y tuve la certeza de que había sido sanada.

Al siguiente día, la trasladaron a la sala de recuperación. Empezó a moverse, a hablar, a comer. A mi hermana le habían dicho que mi sobrina estaría por lo menos un mes y medio hospitalizada, además de que nunca se recuperaría del todo. Mi sobrina estuvo solamente quince días en el hospital, y cuando los médicos la dieron de "alta" le dijeron a mi hermana que no se explicaban cómo era que a su hija se le habían sanado las fracturas, y que además podía hablar y reconocer a todos sus familiares. Que era ¡un verdadero milagro!

Doy muchísimas gracias a Dios por esta curación que no ha dejado secuelas en la vida de mi sobrina. También estoy agradecida por el libro Ciencia y Salud, donde aprendí que el Amor divino es nuestra mejor ayuda.


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