Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La curación metafísica

Cuando las aguas vuelven a su cauce

Del número de agosto de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando los ríos crecen en exceso debido a las lluvias, las aguas se desbordan y anegan más allá de las riberas. Pero, luego ¿a dónde van esas aguas? La mayoría de las veces se pierden o, pasados algunos días, se evaporan y sólo quedan las que el río contiene en su cauce para seguir su curso. En condiciones normales, el río cumple su función natural y las aguas benefician la tierra, sin dañarla.

Ocasionalmente, nuestra vida es como los ríos embravecidos, que por momentos presentan excesos que nos perjudican. Hace unos años tuve una curación que hoy me hace recordar cómo los ríos vuelven a su cauce, después de haber desbordado.

Estaba manifestándose en mi función intestinal un desarreglo que, si bien al principio parecía sin mayor importancia, pasadas algunas semanas se transformó en una hemorragia severa. Como estoy acostumbrada a recurrir a la oración para sanar, así lo hice también en esa ocasión. Comencé a reflexionar sobre el hecho de que Dios creó al hombre espiritualmente. Pensé que si Dios es perfecto e hizo al hombre a Su semejanza, como lo indica la Biblia, entonces el hombre en realidad no puede estar expuesto a nada sino a lo que proviene de Dios. También pensé que mi ser, hecho a imagen y semejanza de Dios, era espiritual e indesctructible. Puesto que Dios lo creó todo de una manera espiritual y perfecta, lo que se nos presenta como un mal es una equivocación en la manera como percibimos lo que Dios ha creado.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 2001

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.