Yolanda Nava fue laureada con el Emmy por su labor como periodista de televisión, y fue conductora de programas de noticias de emisoras afiliadas a la CBS, NBC y PBS. En esa área de actividades es cofundadora del primer canal de televisión cuyas dueñas y dirigentes son exclusivamente mujeres estadounidenses de ascendencia mexicana. Además, es fundadora de diversas asociaciones femininas e infantiles. Yolanda también se destaca en el campo de la educación y ha estado encargada de recaudar fondos para un centro de alfabetización de la familia y desarrollo del niño en Los Angeles. Asimismo, ha tomado parte en juntas directivas de diversas asociaciones. Tiene dos hijos, le gusta la jardinería y le encanta hacer largas caminatas. es autora del libro titulado It's All in the Frijoles (Todo está en los frijoles – 100 latinos famosos cuentan historias de la vida real, dichos aprobados por el tiempo, historias favoritas y consejos sabios e inspirados). Este libro destaca virtudes del carácter como la responsabilidad, el trabajo duro, la lealtad, la fe, la humildad, la justicia, la fortaleza, la caridad y la castidad. Redactor Jefe del Heraldo de la Christian Science, la entrevistó este abril pasado.
Yolanda, ¿cómo es que esta sabiduría de la vida se resume en los frijoles?
Mi madre fue una persona de enorme valor, fuerza y carácter. Ella fue una inspiración para mí y tuvo gran influencia en el desarrollo de mi carácter.
Poco antes de que falleciera, estuve muy cerca de ella. Mientras la cuidaba y atendía, pude conocerla aún mejor. Y un día le pregunté: "¿Mamá, de dónde sacas esta fortaleza, por qué tienes un carácter tan magnífico?" Y me dijo: "Frijoles. Los frijoles me han dado esta fortaleza". Claro, yo esperaba otra respuesta, quizá una frase llena de sabiduría, y me sentí un poco desilusionada por no haber entendido lo que me dijo. Pero, unos 8 meses después, me puse a preparar los "frijoles de olla". Los enjuagué, los coloqué sobre una bandeja para limpiarlos y sacar los que no se veían bien. Mientras lo hacía me di cuenta de lo que ella me había querido decir. Esta preparación es una metáfora de lo que significa el desarrollo del carácter. Porque me estaba diciendo que una vida virtuosa es el resultado de remover las hierbas secas y objetos extraños, las fallas y faltas en el carácter, para que salga a relucir lo bueno. Así es como le di este título al libro "Todo está en los frijoles".
Durante tus estudios de posgrado comenzaste a interesarte por la situación de la mujer latina. ¿Cuáles eran las necesidades más apremiantes de las mujeres de la época?
En ese entonces trabajaba para el grupo de ayuda social "United Way". Mi labor era ayudar a las jóvenes que tenían problemas. Algunas habían dejado sus estudios secundarios, otras eran solteras y estaban embarazadas, y no tenían trabajo para mantenerse.
Debido a esta labor participé luego en la formación de la Comision Femenil Mexicana Nacional para mejorar la situación de la mujer latina. Nuestra primera tarea fue crear un centro de búsqueda de empleo para ellas. Además, ayudamos a las mujeres mayores que habían sido abandonadas por sus maridos y no tenían con qué ganarse la vida. Y dos años después establecimos una guardería infantil, con el fin de ayudar a las madres y enseñar inglés a sus niños antes de que empezaran la escuela.
Las mujeres que participaron en estos programas recibieron ayuda para mejorar su vida. También pudieron ver que es de vital importancia tener fe, fortaleza y trabajar duro para poder avanzar, y que no es necesario sentirse víctima de las circunstancias. Con nuestro grupo de mujeres con más experiencia les enseñamos a las más jóvenes sobre la vida política, para que aprendan qué deben hacer para lograr que se cambie un decreto injusto, y cómo obtener fondos de asistencia.
Con respecto a las mujeres sin capacitación que inmigran a los Estados Unidos, ¿qué se está haciendo?
Lo que más necesitan es estudiar y encontrar trabajo. Pero también hay que ayudarlas a valorar su cultura. Es importante que se preserven los valores y virtudes que traen de sus países, como ser responsabilidad, respeto, lealtad, fortaleza, moderación, caridad, castidad. Por lo general se piensa que todo lo que hay aquí es mejor que lo que se ha dejado atrás, pero eso no es así. Es verdad que en los Estados Unidos se nos abre una gran oportunidad para mejorar nuestra vida económica y para estudiar. Pero eso no basta, también hay que seguir cultivando las virtudes. No todo lo que se ve y se oye en la cultura popular sirve para mejorar nuestras vidas. Hay que pensar de una manera más inteligente, más elevada y culta. Los latinos tenemos que conservar lo mejor de la cultura de nuestros países de origen cuando venimos aquí. Yo pienso que la razón por la que hay tantas muchachas embarazadas, jóvenes drogadictos en las cárceles así como problemas con las pandillas — aunque en un porcentaje relativamente bajo en la comunidad latina — es porque se han perdido los valores culturales de nuestros países.
¿Cómo empezaste tu carrera en el periodismo?
Fue algo que se presentó repentinamente, sin que tuviera entrenamiento previo. Estaba trabajando con estas muchachas y organizando la Comisión Femenil Mexicana Nacional de Los Angeles. Un día, se me acercó el productor ejecutivo de un programa de TV Latin Tempo, que se transmitía por la NBC de Los Angeles. Estábamos hablando de la situación de la mujer y del cambio por el que pasaban las familias de ascendencia mexicana, y me invitó a participar en un programa sobre el tema. Empecé haciendo entrevistas en su programa Impacto, y al mismo tiempo seguía en el empleo que tenía. Al cabo de unas 4 semanas, esta persona me dijo que iba a retirarse, y me preguntó si yo quería quedarme a cargo del programa de TV. Y le dije que sí.
Volviendo a Todo está en los frijoles. ¿Cómo se fueron desarrollando estas virtudes, las ibas redescubriendo a medida que escribías o estaban ya firmemente planteadas y definidas en tu pensamiento?
Pensé en las cosas que me enseñó mi madre. Podía recordar 14 virtudes asociadas con ciertos recuerdos. Escribí una lista, la puse en orden. Empecé con la responsabilidad, porque para mí allí se basa todo. Es la responsabilidad frente a la familia, la del hombre con la mujer y viceversa, la responsabilidad con los hijos, etc. Todas las obligaciones humanas tienen su origen en la familia. Allí aprendemos a ser responsables, tanto con nosotros mismos como con los demás.
¿Dirías que la tarea de escribir este libro te ha llevado a conocerte más a ti misma?
Sí, porque, si bien mi vida fue muy diferente de la de mi madre, esta base me proporcionó los principios para vivir una vida sana, tranquila, con armonía. Terminé este libro en el 99. Tengo un hijo de 25 años y una hija de 19, y pensé que tenía que transmitirles lo mismo que mi mamá me enseñó, tal vez con un poco más de experiencia en la vida de este país.
Estas virtudes, la fe, la integridad, la humildad, la moderación, la caridad, ayudan a abrir un camino que bien puede llevar a la espiritualidad. ¿Qué papel tiene la espiritualidad en tu vida, y cómo la definirías tú?
La espiritualidad es sumamente importante para mí porque nos dice quiénes somos como hijos de Dios. Me permite llegar a esa parte más profunda de mi ser, que es la naturaleza otorgada por Dios. La espiritualidad es parte del camino que he venido recorriendo toda mi vida, aun sin saberlo. Y me di cuenta de eso cuando tenía casi cuarenta años y había tenido mis dos hijos, y me pregunté: "¿Ya no me queda nada por hacer? Tuve éxito, tengo un hermoso hogar, un marido y una familia, una vida bastante buena". En ese entonces me había puesto a estudiar diferentes religiones, a releer libros sobre espiritualidad; tomé cursos de periodismo que me llevaron a darme cuenta de que mi vida realmente era un camino de descubrimientos espirituales. Y me alegra haber descubierto esto cuando aún era joven. La fe es una parte importante de mi vida, y traté de compartirla con mis hijos. Mucho de esto tiene que ver con la manera en que fui educada, porque mi madre era de pensamiento muy espiritual. Ella siempre estudiaba la Biblia y Ciencia y Salud, y si bien nunca me consideré muy disciplinada, mi fe siempre ha sido muy grande.
¿Por qué te parece que se habla tanto de espiritualidad en estos días?
Creo que la gente está sedienta de verdad, quiere encontrarle sentido a la vida, quiere tener una razón para vivir. Creo que la gente percibe que puede llegar a vivir mejor. Y creo que en este país tenemos muchas posibilidades, pero vemos que otras cosas están ocurriendo, como por ejemplo, la crisis social de la que somos testigos. La gente ahora dispone de tiempo para ponerse a pensar sobre la vida y su significado y cómo podría vivir mejor. Y creo que ya es hora de que nos preguntemos qué sentido tiene vivir.
Me gustaría contarte algo sobre mi hijo. Cuando tenía 10 años un día me preguntó: "¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí?" Y le respondí como mi padre me había respondido cuando yo le había hecho esa pregunta. Le dije: "Bueno, tus padres son de ascendencia mexicana, tus abuelos son también mexicanos..." Pero me interrumpió y me dijo: "No, mamá, ¿quién soy y porqué estoy aquí?" Ahí me di cuenta a qué se refería, y le contesté: "Bueno, tú eres el hijo perfecto de Dios. Y así como el sol está relacionado con sus rayos, así estamos nosotros relacionados con Dios. Somos Su manifestación y reflejo perfecto. Dios te ha dotado de un talento especial y único, y depende de ti descubrir cuál es el tuyo, para dárselo a la humanidad". Bueno, se le iluminó la cara con una sonrisa, dio media vuelta y se fue. Y desde ese día jamás tuve problemas con él. Terminó la escuela secundaria, se graduó con honores, formó parte del coro y del grupo de teatro, nunca se metió en problemas, fue a la Universidad de Stanford, y todo eso porque sabe quién es. Y lo mismo ocurrió con mi hija.
¿Tiene importancia la oración en tu vida?
Todos los días oro. Yo diría que mi vida es una constante oración. Así esté observando una puesta de sol o subiendo una montaña o regando las plantas, siento la presencia de Dios. La oración es una respuesta espontánea: pido por dirección y protección a Dios estando en el auto, en una reunión... Constantemente digo, "Dios, guíame", sin siquiera darme cuenta. Siento que mi libro fue inspirado por Dios, porque en mis largas caminatas decía: "¿Padre, qué quieres que haga ahora?" Y este libro surgió como resultado de esa oración. Y, ¿sabes?, un agente literario me vino a ver un día para decirme que quería ser mi representante.
IT'S ALL IN THE FRIJOLES recibió este mayo último el premio 2001 Latino Literary Award como el Mejor Libro de Autoayuda en inglés en The Latino Literary Hall of Fame Luncheon de la Expo America in Chicago, EE.UU.
¿Qué le dirías, como madre, a los que comienzan su carrera, que ya han terminado sus estudios y salen a conquistar mundo?
Es importante que la mujer sepa la influencia benefactora que tiene en la familia, a través de su espiritualidad. La mujer, con su pensamiento, su espiritualidad, su intuición, puede contribuir enormemente para tener un mundo mejor. No es necesario que se asemeje al hombre, excepto, obviamente, en lo que se refiere a ganar sueldos equivalentes y tener las mismas oportunidades. La mujer posee algo muy especial en cuanto a su receptividad a lo espiritual y a lo creativo. Igualmente, el hombre espiritualizado aporta una nueva dimensión a su vida de negocios y a la sociedad. También creo que lo más importante que una mujer puede hacer como madre es educar bien a sus hijos. En la familia, no es que uno da sólo el 50% del amor, uno simplemente da todo el amor que tiene. Y ese amor — por nuestra pareja, por nuestros hijos, por nuestro trabajo, por la comunidad — nos sostiene e impulsa en la vida. Es importante mantenerse en contacto con ese amor que tenemos, y no estar siempre tratando de obtener cosas, pensando en el porvenir para obtener más dinero y ocupándonos de lo superficial.
Los hallazgos tecnológicos y científicos del siglo pasado han traído mucho progreso a la humanidad, pero quedan aún muchas preguntas sin contestar. ¿Qué preguntas tendrían que hacerse los jóvenes hoy?
Tal vez, ¿cuál es mi propósito en la vida? ¿Qué tengo para darle a este mundo? ¿Quién soy? Creo que hay algunos que no se hacen estas preguntas y creen que son simplemente como carne y huesos arrastrados por la vida, así como los restos de un naufragio son arrastrados por las olas. Pero hay algo más que tenemos que descubrir, algo que responde a la pregunta, ¿quién soy yo? Sólo entonces podremos expresarnos en el mundo y tener una vida llena de realizaciones.