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La vida: un aprendizaje diario

Del número de agosto de 2001 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡Qué Diferente se ve todo cuando se observa la vida desde una perspectiva espiritual! Es como si todo fuera nuevo. Y uno ve cuánto hay para aprender. La Sra. Eddy escribió en Ciencia y Salud: "La escuela preparatoria de esta tierra ha de aprovecharse al máximo".Ciencia y Salud, pág. 486.

En el Evangelio según Juan se encuentran estas palabras de Jesús: "Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios". Juan 6:45. Al reflexionar sobre este mensaje, he llegado a comprender que todos somos enseñados a diario, y sin excepción, por la Vida que es Dios. La Biblia lo reafirma en Proverbios al decir: "Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, porque os doy buena enseñanza". Proverbios 4:1-2.

Cuando era adolescente y apenas cumplí los 15 años, enfrenté una de mis primeras y grandes tribulaciones de la vida: falleció mi amada madre. Ella también era muy joven. El mundo pareció derrumbarse sobre mí, sumiéndome en una profunda y prolongada tristeza.

Mucho tiempo después, la mano de Dios me guiaba a descubrir el "reino de los cielos aquí en la tierra". Era mi bendito encuentro con esta Ciencia de la Vida, la Christian Science. Y una de las primeras muestras que tuve de su eficacia fue precisamente la curación de ese profundo pesar y tristeza que había llevado en mi corazón por tantos años, que según pensaba nunca iba a poder superar.

En Ciencia y Salud, encontré estas palabras que me trajeron mucho consuelo: "Cada fase sucesiva de experiencia descubre nuevas perspectivas de la bondad y del amor divinos".Ciencia y Salud, pág. 66.

Poco a poco, fui comprendiendo que la vida es un eterno aprendizaje. Esta nueva perspectiva trajo luz y curación a mi quebrantado corazón. Pasé de un estado de agonía interior a uno de gozo por la maravillosa verdad que me estaba iluminando y casi en "un abrir y cerrar de ojos", se me fue toda la pena acumulada por años. Sentí que volvía a vivir, que podía ser alegre, pues me di cuenta de que mi madre, al igual que yo, continuaba su propio desarrollo espiritual. Sentí que ambas estábamos bajo el amoroso cuidado del único Padre-Madre Dios.

Fue importante para mí saber que el aprendizaje en la vida es un proceso interno de descubrir lo que ya tenemos. Es un ir despertando a todo lo que es bueno, que Dios ya tiene preparado para cada uno de nosotros. Así vamos, poco a poco, superando límites y el pensamiento va expandiéndose. Vamos comprendiendo las cosas de una manera más espiritual y, como resultado, progresamos en la vida.

En las Sagradas Escrituras encontramos directivas claras y precisas de cómo sentirnos plenos y felices. Esto incluye gratitud por lo que ya tenemos, sea mucho, sea poco. Esta actitud abre el camino para que el bien se multiplique en nuestra vida. El apóstol Pablo dice: "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo". 1 Tesalonicenses 5:16-18.

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