En Una Época fui representante de ventas de una firma comercial en Detroit, Michigan, EE.UU. La empresa tenía 16 empleados, además de la propietaria-administradora, una mujer muy competente.
En la época en que una gran recesión afectó a nuestra compañía, cada semana la propietaria se reunía con uno de los empleados, tras lo cual ese empleado se quedaba sin trabajo.
Esta situación continuó durante semanas, hasta que sólo quedamos tres empleados. Estábamos al filo de la navaja.
Un día, la propietaria me dijo que ya no podía pagarme el sueldo y las comisiones. Como yo tenía entre manos algunas transacciones que pensaba podían dar fruto en un futuro cercano, le pregunté si podía continuar trabajando cobrando únicamente las comisiones, a lo que accedió.
A esa altura comencé a orar diligentemente, incluyendo a todos los integrantes de la empresa. Recordé que mi madre me había dicho que el negocio de mi padre había sufrido severamente durante la recesión de los años 30. Mi madre era Científica Cristiana, y oraba por ese negocio todos los días.
Mi padre tenía un excelente grupo de empleados, para con los que sentía una gran lealtad. A pesar de ello, hubo momentos en que decía: "Voy a tener que despedir a alguno de ellos. No puedo pagarles a todos".
Mi madre le respondía: "No, no puedes hacer eso. Recuerda que éste es el negocio de Dios, y Dios provee para todos". Mi padre no tuvo que reducir el tamaño de su empresa, y continuó pagándoles a sus empleados todas las semanas.
Las oraciones de mi madre no eran una simple expresión de buenos deseos. Ella sabía con certeza que la ley de Dios, bien entendida, trae armonía y éxito a nuestra vida.
Sus oraciones no eran simples expresiones de buenos deseos
Decidí recurrir al mismo Dios en que mi madre había confiando. Recordé la siguiente declaración de Jesús: "En los negocios de mi Padre me es necesario estar". Lucas 2:49. Razoné que yo también estaba empleada por Dios para expresar Su poder y actividad.
Jesús estaba "en los negocios de (su) Padre" cuando ayudaba y sanaba a la gente, cuando traía paz a la mente y salud al cuerpo, probando así que Dios satisface todas nuestras necesidades. Él demostró que Dios jamás produce el fracaso ni nos hace pobres y que siempre nos da abundancia del bien. Ciencia y Salud dice específicamente: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana".Ciencia y Salud, pág. 494.
Mi estudio de la Christian Science me permitió comprender de a poco lo que quiere decir esa declaración. La oración a Dios cambió la situación. Muy pronto mi trabajo comenzó a dar frutos. Continué orando y el negocio se volvió aún más productivo, la empresa contrató más personal, y siguió creciendo.
Aunque haya perdido su empleo, usted puede valerse de las leyes de Dios. Usted en realidad ha sido creado por Dios y por eso está siempre plenamente empleado, ya que es la expresión misma de Dios. La creación de Dios es poderosa, suprema y exitosa. Al entender estas verdades, comenzamos a ver pruebas concluyentes de lo que significa para nuestra vida.