Me Levanto mucho más temprano que mi esposo, por lo que evito prender la luz para no despertarlo. Una mañana, me golpeé con fuerza contra una puerta que rara vez se cierra. Me lastimé la nariz y sentí que se había quebrado.
Al principio, pensé: "¡Qué estupidez! Tengo varias reuniones hoy, y me voy a ver horrible con la nariz hinchada y los ojos morados". Sin embargo, de inmediato me vinieron al pensamiento estas cuatro palabras: "descreimiento en la física". En estas palabras me detuve. Reconocí que pertenecían a una declaración de Ciencia y Salud, pero no recordaba cómo seguía.
Recordé que la frase "descreimiento en la física" correspondía a una sección sobre accidentes de la Lección Bíblica de la semana anterior, "Dios, Causa y Creador Único". El hecho de que yo me hubiera golpeado el rostro contra una puerta y que como resultado me hubiera lesionada, tenía que ver con la física (dos cuerpos que entran en colisión). La física contempla causas y efectos materiales. Pero las verdades bíblicas en las que yo había confiado durante muchos años me habían enseñado que Dios es la única causa. Por lo tanto, sólo podía experimentar los efectos y consecuencias de ser hijo de Dios. Esas consecuencias eran gozo y libertad.
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