Diciembre de 2002. El taxista en Berlín nos preguntó por qué íbamos a visitar un centro deportivo vestidos con traje y corbata. “En junio vamos a tener una gran reunión sobre la importancia que tiene la espiritualidad en la vida diaria, y estamos ayudando a organizarla”, contesté. “¿Espiritualidad? Es muy importante”, me respondió. “Los médicos tratan el cuerpo material. Pero a uno lo tienen que ver como un ser completo con su mente y pensamientos”. Esa conversación fue para mí una confirmación más de que la gente está buscando respuestas en una dirección espiritual, y esas personas han comenzado a admitirlo más abiertamente, sin sentirse avergonzadas.
En 1987 era muy diferente. En aquel entonces, nos pidieron que comenzáramos un programa radial semanal en alemán. La gente tenía preguntas sobre espiritualidad pero era renuente a hacerlas. Pero hoy los programas radiales y el Heraldo en alemán son una manera maravillosa de ayudar a la gente a explorar ideas sobre espiritualidad. A lo largo de los años, hemos recibido miles de cartas de oyentes expresando su agradecimiento.
No hace mucho los que trabajamos en la radio quisimos saber qué pensaba realmente la gente sobre la espiritualidad. Salimos a la calle y les preguntamos. “¿Cree usted que conoce bien la Biblia?” Alrededor del 80% dijo: “Muy poco”, o bien “No la conozco para nada”.
También preguntamos: “¿Cree usted en los métodos alternativos de curación?” Una de cada 50 personas dijo: “No”. Y el resto respondió afirmativamente. Estas personas no sólo quieren sanar, sino que están dispuestos a buscar las respuestas en nuevos y diferentes caminos. Este deseo nos inspira mucho en el trabajo que hacemos para el Heraldo.
Cualquiera sea el medio de comunicación que lleguemos a emplear en el futuro — imprenta, radio, Internet, satélite — el mensaje del Heraldo siempre tendrá que responder a las necesidades espirituales de la gente en Berlín, Hamburgo, Munich, y en otras partes del mundo.
