La obra que
, pastor de la Iglesia Evangélica, está realizando en Caracas, Venezuela, junto con el pastor Carlos Vielma y el pastor Olson, es realmente magnífica, pues está ayudando al pueblo venezolano a superar los problemas que lo agobian. Es por esto que el Heraldo entrevistó al pastor Liendo con el deseo de demostrarle a la gente que la oración tiene el poder de traer esperanza.Primero, quiero dar gracias a Dios por este momento y por tener la oportunidad de decirles a todos que nuestro país está atravesando por un momento bastante difícil, mucho más difícil de lo que ustedes se enteran a través de las noticias.
Consideramos que este problema es básicamente espiritual. Sabemos que si no hay un cambio en lo más íntimo del hombre, es imposible que se produzcan cambios externos. Ante esta situación, tomamos la decisión de ponernos a orar.
Entonces surgió la iniciativa de que la oposición y el gobierno, que tiene como mediador al Dr. César Gaviria, Secretario de la OEA, se sentaran a la mesa de negociaciones. Esto se realiza en un prestigioso hotel del centro de Caracas. Nosotros decidimos instalarnos en el mismo hotel, y desde el 4 de diciembre empecé a ver cómo Dios obraba de manera milagrosa, porque cuando reservamos la sala en dicho hotel nos dieron un precio y cuando fuimos a pagar el alquiler nos hicieron una rebaja de un 80%. Al preguntarle al gerente del hotel a qué se debía esa rebaja, me dijeron que era por lo que veníamos a hacer por nuestro país.
¿Cuántas horas al día ha estado orando?
Todos los pastores comenzamos a orar y lo hicimos público a través de una radio cristiana; además, cada quien hacía su trabajo de invitar a otra persona. Desde el 4 al 20 de diciembre oramos las 24 horas del día. Luego, hasta el 27 de enero, lo hicimos 10 horas diarias, con una vigilia los días viernes.
Tomamos esta decisión a raíz de una situación gravísima que sucedió con la gasolina y las largas colas que había que hacer para conseguirla. Toda esta problemática hizo disminuir la asistencia, pero volvió a repuntar la concurrencia y por ende la oración, a partir del 7 de enero.
Estamos muy agradecidos porque, en estos 54 días que hicimos esto, de los cuales nos tomamos 9 días de descanso, desfilaron más de 4.300 personas por la sala donde estamos orando.
Hay una organización llamada Pastores en Unidad, que reúne a los pastores de Caracas, y éstos delegaron en el pastor Carlos Vielma y en mi persona, el coordinar durante todo el día el movimiento de oración.
¿Son todos evangelistas o viene también gente de otras religiones?
Casi todos han venido de la iglesia evangélica, pero también algunos de la iglesia católica que han sentido asimismo la necesidad de orar por la situación, así como gente que no se identifica con ninguna de las tendencias, e incluso políticos. En la mesa de negociación no sólo hay políticos, sino también grandes personalidades y periodistas; y nosotros hemos orado por ellos, por los militares, por todos. Ha sido una bendición.
Tengo entendido también que se han reunido a orar en plazas y lugares abiertos
Cuando estábamos orando, sentimos la inquietud de ir a las plazas. Un hermano, llamado Juan, sintió el deseo de ir a la plaza Venezuela y se instaló allí por las tardes. Ahora, yo también empecé a ir a la plaza Bolívar y a concurrir allí a orar a las 6 de la mañana junto con otro hermano. A partir del 27 de enero estamos orando en las plazas.
Cuando los ven orar ¿se congrega allí la gente?
En mi caso concreto, llevamos literatura, comenzamos a caminar y a orar, nos acercamos a las personas y hemos tenido buena receptividad en la gente. Hemos ido a sitios públicos de gobierno y hemos pedido para orar por la paz de Venezuela y nos han dado permiso. En nuestro recorrido la gente es muy receptiva, sólo en contadas ocasiones hemos tenido rechazo, y lo entendemos, porque la gente a veces cree que es otra cosa.
¿Ayudan los medios de comunicación a promover este pedido de oración que ustedes hacen?
La emisora cristiana nos ayuda y nos permite salir al aire. Nosotros llamamos por teléfono y damos la promoción e invitamos a pastores y a iglesias, no sólo a la congregación evangélica, sino a todos, a que vengan a orar por nuestro país.
Hemos tenido ruedas de prensa con hermanos cristianos y algunos periodistas seculares y hemos hecho énfasis en que es un problema espiritual. También en la televisión secular fueron invitados tres hermanos y hablaron sobre todo lo que estamos haciendo con la oración por Venezuela, por el entendimiento y por la paz.
Qué hermosa oportunidad para ver que el pueblo está recurriendo a Dios.
El nombre Venezuela significa “tierra de gracia” y hemos sido bendecidos por Dios económicamente, pero se ha malgastado el dinero. Nos duele ver situaciones tan difíciles pero siempre hay optimismo, no lo hemos perdido. Creo que todo el que ora debe esperar resultados y eso es lo que estamos haciendo nosotros, perseverando, creyendo que Dios tiene Su mano puesta en nuestro país.
Cuando usted ora, ¿lo hace en voz alta para que los que están con usted lo acompañen?
Por lo menos en el salón tenemos una cierta normativa. Primero, no queremos que nadie que venga a orar tome una posición, ya sea del gobierno o de la oposición, no queremos oraciones que avalen a uno u otro, queremos que oren por la paz de Venezuela, queriendo evitar así cualquier tipo de confrontación. También se les dice a las personas que oren por el Presidente de la República, por los que están en eminencia, por las autoridades privadas o públicas.
Entonces la persona ora y los demás la apoyamos. No es cada quien orando por su lado. Esto lo dirigimos el hermano Vielma y yo. Y si estamos en la plaza, a veces le pido a la persona que está a mi lado que ore, por ejemplo, por la indigencia, que se ve mucho en nuestro país, y por los niños que están desamparados, por los jóvenes que están en las drogas. Y ese tipo de oración se respeta. Cuando las personas quieren orar por otras cosas, lo proponen, siempre hay un respeto y una sujeción.
Con la oración también viene la oportunidad de perdonar, ¿no es así?
Esto fue lo que Dios nos habló a través de 2° de Crónicas, capítulo 7, versículo 14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.
En ocasiones, hemos llorado, hasta pedido perdón por el pecado de la nación, nos hemos pedido perdón unos a otros, hemos pedido perdón a Dios por alguna actitud de arrogancia, orgullo, altivez que hemos tenido. Lo que me ha complacido es que he visto que Dios está sanando a Su pueblo. La ley dice que levantemos mano santa, uno no puede levantar su mano si tiene dentro de sí pecado o problemas con su hermano.
Al buscar el perdón de Dios también tenemos que perdonar a nuestro prójimo ¿no es cierto?
Lo hemos hecho, hemos pedido perdón y nos hemos acercado. Ha sido muy lindo ver a la gente acercándose y abrazándose y la sanidad que esto trae. La unidad entre nosotros, los pastores, se ha afirmado a un grado tal, que compartimos almuerzos y descansos. Yo he dicho: “Señor, esto es una maravilla que no había visto antes; Tú estás haciendo aquí un trabajo de amor, de perdón”.
Es importante perdonarse a sí mismo también. Hay muchas personas que se sienten condenadas por lo que han hecho, y la oración ayuda a liberarnos, porque Dios no nos condena. Como Sus hijos, merecemos el bien, el progreso y poder salir adelante.
Es muy importante lo que has aportado. Uno sabe que Dios lo perdona pero si uno no se perdona a sí mismo y vive con recuerdos difíciles de cosas que le han sucedido en su vida, es casi imposible que alcance los logros que Dios quiere para nosotros. Por eso hemos insistido mucho en la oración por el perdón y el perdonarnos a nosotros mismos.
¿Hay algún otro comentario que quisiera agregar?
Quería agradecerles la oportunidad de mostrar lo que está sucediendo en nuestro país a través de la obra que Dios está haciendo en nosotros. Y para despedirme quiero compartir con Uds. lo que dice el Señor en el Salmo 135, versículo 5 y 6: “Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”. Creemos de verdad que Dios va a cambiar nuestro país para bien.