Después de divorciarme, me di cuenta de que deseaba comenzar de nuevo, es decir, empezar una nueva vida. Si bien mi esposo y yo habíamos construido juntos un negocio muy próspero, sentía en mi interior que esta nueva etapa de mi experiencia debía incluir otra clase de empleo. Aunque recién había comenzado a estudiar la Christian Science, llegué a la conclusión de que podía confiar en que Dios me guiaría en la dirección correcta.
Nada me había quedado de mi vida anterior en términos de ahorros, ingresos o bienes, pero sabía intuitivamente que todos tenemos un propósito en la vida, y que podía tomar este cambio de circunstancias como una oportunidad para progresar. Las ideas de Ciencia y Salud me parecían tan frescas y originales que me pasaba horas estudiando este libro, junto a la Biblia y otras obras de Mary Baker Eddy. En lugar de analizar mis perspectivas de empleo teniendo en cuenta mi experiencia laboral, preparación o educación, decidí orar cada día en busca de guía, para expresar de la mejor manera lo que entendía de Dios.
Durante esta etapa, en ningún momento dudé que Dios me estaba guiando y que tendría todo lo necesario. Esta convicción me llevó a hacer algo muy original. Al mirar los avisos de trabajo en el periódico, pensaba: “Dios, te pido que me guíes en la dirección correcta. Aun si no tengo ni la experiencia ni la preparación que se requieren, si Tú me estás guiando, me darás todo lo que necesito para cumplir mi propósito”. Así aprendí a confiar en mi intuición espiritual. Como dice Mary Baker Eddy, cuando la intuición procede de Dios “...os guía a salvo al hogar”.Escritos Misceláneos,pág. 152.
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