SOY estudiante de secundaria y me encanta actuar. Hace dos años, me presenté a una audición para una obra en la escuela, y el director me llamó para la segunda ronda, junto con otras personas que él consideraba seriamente para que actuaran en esa obra de teatro. Yo consideraba que había hecho un excelente trabajo en las partes de canto y baile de la audición. No obstante, el peso más grande se ponía en la habilidad que tenía uno de actuar, y el director ni siquiera me permitió leer para una de las partes, y yo pensé que era muy injusto.
Después de regresar a casa esa noche, inmediatamente consulté el sitio en el Internet de nuestra escuela para ver si estaba en la lista del reparto. Pero descubrí que yo era uno de los pocos que no estaban en la lista de aquellos que habían llamado por segunda vez.
Realmente sentí un gran resentimiento contra el director por no haberme ni siquiera dado la oportunidad de hacer la audición para una de las partes. Ese resentimiento fue creciendo hasta el punto de que no sólo lo odiaba a él, sino a todos los miembros del elenco.
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