¿Siente que le faltan fuerzas y que ya no sabe qué hacer para seguir adelante?
A veces uno sabe de personas que han sufrido tremendos reveses en la vida, o que se han criado en ambientes totalmente adversos y, no obstante, llegaron a tener una vida muy admirable y lograron cumplir sus sueños. Como es el caso de Andrea Bocelli, quien perdió la vista de jovencito y hoy sigue montando a caballo, galopando entre árboles en el bosque, y es un renombrado cantante. O el caso de Nicky Cruz, cuya historia publicamos en estas páginas. Su madre era bruja de profesión y su padre un sacerdote satánico y vivió experiencias terribles que lo llevaron a ser jefe de una pandilla callejera en la ciudad de Nueva York. No obstante, hoy Nicky Cruz es un ministro evangélico que da charlas por distintas partes del mundo porque quiere ayudar a su prójimo, y en especial a los jóvenes, para que no tengan que vivir lo que él vivió.
Y uno se pregunta, ¿de dónde sacan estas personas esa fortaleza de carácter, esa fortaleza espiritual? Y la respuesta parece muy clara. Ese anhelo interior de superarse, de perdonar, de contribuir con algo bueno a la sociedad, sólo puede provenir de su espiritualidad y de ese Ser superior cuyo propósito es hacer el bien a cada uno de Sus hijos e hijas, y ayudarlos a que ellos mismos hagan el bien.
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