Toda mi vida estuve en busca de felicidad y paz interior, creyendo que tenía que encontrarlas en lo material, en una familia con hijos, un buen hogar con todas las comodidades, y suficiente dinero en mi cuenta bancaria para poder así darme todos los lujos. En mi afán por ello no me importó irme a vivir de un continente a otro, ni tampoco dejar a mi familia para poder reunir la fortuna necesaria para retirarme a edad temprana y disfrutar de la vida y mis riquezas. Demás está decir que nunca logré ese propósito.
Sin embargo, Dios me guió para poder encontrar el tesoro más grande de mi vida, que resultó ser la "Christian Science". Mediante el estudio de esta Ciencia logré discernir que la riqueza real no reside en los bienes materiales, sino en los espirituales. Comprendí que no somos nosotros mismos los que forjamos nuestra felicidad, sino que es nuestro Padre-Madre Dios el que nos la otorga, si seguimos el ejemplo de nuestro Señor Cristo Jesús. Como dice en la Biblia: "...buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". (Mateo 6:33)
Massachusetts, Estados Unidos
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