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La oración desde una perspectiva diferente

Del número de septiembre de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una oración es una oración. Pero, ¿es esto así? Un antiguo spiritual dice: "Soy yo, Señor/ quien necesita orar... No es mi hermana, ni mi hermano, sino yo, Señor/ quien necesita orar". Una admisión de este tipo es muy valiosa como primer paso para que la oración produzca un cambio en nuestra vida. Cuando lo hacemos con una profunda necesidad de progreso espiritual, es una verdadera señal de sinceridad, y también de sabiduría, puesto que si somos realmente honestos con nosotros mismos, ¿qué necesidad conocemos mejor que la propia? La oración eficaz es un don, una bendición, y también un esfuerzo sagrado, uno que vale la pena realizar.

El acercarse a Dios puede traer paz, libertad y curación.

La oración es un tema fundamental en los escritos de Mary Baker Eddy, quien hace más de 100 años descubrió la Christian Science, un sistema espiritual de curación basado en los métodos que Jesús practicó. Para poder llegar a un mundo que anhela caminar más cerca de Dios, ella publicó Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, un libro de texto que tiene el designio de iluminar y sanar a sus lectores. El primer capítulo está dedicado al tema de la oración, y lleva ese nombre por título. Sus 17 páginas culminan con el Padre Nuestro que, según la autora, "abarca todas las necesidades humanas" (pág. 16). La Sra. Eddy agregó lo que para ella era el "sentido espiritual" de esa oración.

Ese capítulo explica lo que es y no es la oración eficaz, y demuestra la profunda devoción de pensamiento que tenía M. B. Eddy hacia la naturaleza sagrada de la oración. Ella probó con su experiencia de sanadora espiritual su aptitud para hablar con autoridad sobre el tema. En la frase inicial del primer capítulo de su libro, la autora revela las grandes expectativas que tenía de la oración y de aquél que ora, al decir: "La oración que reforma al pecador y sana al enfermo es una fe absoluta en que todas las cosas son posibles para Dios — una comprensión espiritual de Él, un amor desinteresado".

El capítulo destaca la importancia de tener los móviles correctos para orar, entre ellos:

• el anhelo de justicia

• el deseo de actuar en armonía con la voluntad de Dios

• el esforzarse por hacer el bien

• el esfuerzo devoto de comprender la naturaleza de Dios

• el deseo de dar un nuevo enfoque, e incluso reformar, nuestros propios pensamientos y acciones.

Por otro lado, el capítulo revela que ciertas formas de oración comúnmente utilizadas poco se asemejan a la oración que "reforma al pecador y sana al enfermo":

• rogarle a Dios como si fuera un ser humano

• intentar dar información o aconsejarlo a Él

• agradecer a Dios por las bendiciones recibidas mientras se siente ingratitud en el corazón

• usar la oración como una manera de confesar los pecados, mientras se sigue aferrado a ellos

• repetir una oración, sin tener el verdadero deseo de reformarse.

La calidad de pensamiento y carácter que apoyan la oración se destacan en dicho capítulo, e incluyen gratitud, "obediencia devota", "un corazón íntegro", bondad, sentido espiritual. Véase Ciencia y Salud, pág. 3—9.

Hoy el mundo necesita de mucha oración, y en especial la comprensión espiritual de la misma. Y estas páginas contienen un concepto más espiritual de la oración, el cual hace que el pensamiento se acerque en mayor medida a Dios y se produzca la curación.

Por ejemplo, el texto señala que "el Padre Nuestro es la oración del Alma y no de los sentidos materiales". ibíd, pág. 14. Alma es uno de los siete sinónimos que se usan con frecuencia para describir a Dios en Ciencia y Salud. Los otros son Mente, Espíritu, Principio, Vida, Verdad y Amor. Y puesto que estos nombres se pueden intercambiar, permiten al lector obtener vislumbres más profundas de la naturaleza de la Deidad. (Véase cómo el "Glosario", casi al final del libro, describe a "Dios" usando esos sinónimos.) Entramos en oración cuando escuchamos humildemente la dirección divina, cuando anhelamos conocer más acerca de Dios, cuando nos esforzamos por comprender la naturaleza genuina de nosotros mismos y de los demás a Su semejanza, y cuando deseamos la paz de Su presencia para con todos.

Acercarse al Creador a través de una vista renovada y más amplia de Su naturaleza es una forma elocuente de traer libertad, paz y curación a la humanidad.

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