De acuerdo con los calendarios colgados en la pared de una celda, se necesitaron doce años y medio para que un hombre inocente fuera liberado de una cárcel a la que nunca debió haber entrado. No obstante, Rick Walker se sintió libre todo el tiempo en su corazón.
Él se sentía libre de toda culpa; no había asesinado a Lisa Hopewell, una antigua novia.
Gradualmente fue liberándose de su temor a los violentos compañeros de prisión y a los abusivos guardias, cosa nada fácil de lograr en prisiones como la de San Quintín y Pelican Bay.
Rick expresaba su libertad través de sus obras de arte. Si bien no siempre podía ver el Océano Pacífico desde las celdas en las que descansaba o dormía, sus murales hicieron que la prisión fuera un mejor lugar para los otros internos, y los paisajes que con su imaginación pintaba lo llevaron más allá de las altas paredes y los alambrados de púa.
Finalmente llegó el momento en que Rick estuvo libre mentalmente para descubrir lo que Dios le hizo ser y hacer. Libre para estudiar la Biblia. Libre para orar. Libre para transformarse en un elemento positivo en un mundo negativo encerrado entre paredes.
Rick Walker salió de la Prisión Estatal de Mule Creek el 9 de junio de 2003, con la convicción de que Dios tiene un plan para cada uno de Sus hijos, y trae a otras personas a nuestra vida para que se cumpla un designio superior. Alison, Carolyn y Tony Tucher eran, y son, los amigos "enviados por Dios" de Rick Walker. "Yo creo que Dios pone a la gente en tu camino por alguna razón", dice.
Familias unidas por una necesidad
Alison Tucher era estudiante de derecho en tercer año en la Universidad de Stanford, cuando Rick Walker fue condenado por un asesinato que no cometió. La madre de Alison, Carolyn Tucher, y la mamá de Rick, Myrtle Walker, habían servido en las comisiones directivas de escuelas del área de Palo Alto, y habían colaborado para comenzar el "Calidoscopio Cultural", un programa de arte que reúne a estudiantes de las escuelas de Palo Alto y de East Palo Alto.
Cuando "uno siente una necesidad y le pide a Dios", dice Carolyn Tucher, "nuestra oración es respondida. Mi oración era tener un mejor sentido de comunidad, y recibió su respuesta cuando Myrtle llegó a mi vida. Hace muchas décadas que somos amigas. Nos reuníamos una vez cada tanto para almorzar juntas, y en una de esas comidas me contó la historia de Rick. Ella sabía que Alison estaba estudiando derecho y ansiaba que fuera a escuchar el proceso judicial.
"Alison y yo fuimos con Myrtle a la audiencia de la sentencia. Fue una experiencia horrible. Rick parecía tan desamparado. Cuando lo sentenciaron, el juez le preguntó si tenía algo que decir, y todavía puedo verlo volverse a mirar a su madre, y me di cuenta de que ninguno de los dos sabía qué hacer".
El juicio y el hecho de que Rick fuera enviado a prisión hizo que Carolyn Tucher analizara más en profundidad las cosas que ella ya había aceptado superficialmente. "Realmente pensé en la pregunta '¿Qué es la justicia?'" Recuerda que tomó notas durante su estudio diario de la Biblia, y del libro Ciencia y Salud. Una de las declaraciones que le llamaron la atención fue: "Dejad que la Verdad descubra y destruya al error en la forma que Dios determine, y que la justicia humana siga el modelo de la divina".Ciencia y Salud, pág. 542.
"La imagen que más me preocupa", afirma Carolyn Tucher, "es que la raza que uno tenga afecta nuestra experiencia con el sistema judicial de los Estados Unidos".
No era el racismo malicioso lo que envió a Rick Walker a prisión, sino más bien el racismo ignorante que forma estereotipos y es negligente. Esas actitudes tuvieron como resultado una serie de fallas en la defensa y en la actuación del fiscal, como ocurrió cuando la Oficina del Fiscal del Distrito ignoró una carta que afirmaba la inocencia de Walker.
Una investigadora con una misión
La justicia puede ser tan solo una fría abstracción, a menos que la gente se preocupe fervientemente por lograr que se cumpla desde el primer momento, y que se corrijan las sistemáticas y específicas equivocaciones que se cometen. Alison Tucher es una de esas personas que se esfuerzan por hacer las cosas bien.
El padre de Rick, William, quien falleció mientras el joven estaba en prisión, comenzó su propia investigación. Descubrió las primeras pistas para encontrar a las personas que con el tiempo confirmarían la inocencia de su hijo. Alison Tucher y William Walker trabajaron juntos en la indagación Después de terminar la universidad, ella comenzó su carrera de derecho, lo que incluía trabajar como oficinista para un Tribunal Supremo y servir de fiscal en la misma oficina del fiscal del distrito que había obtenido la condena de Walker.
Mientras tanto, una tras otra, las apelaciones de Walker para que revisaran su caso fueron denegadas. Cuando terminó el proceso de apelación en 1999, Walker recurrió a Alison Tucher en busca de ayuda. Para entonces, ella estaba practicando derecho corporativo para Morrison y Foerster, en San Francisco. "La firma me apoyó a cada paso del camino", dice ella, permitiéndole tomar el caso de Rick pro bono.
No obstante, Tucher dice que en el contexto de una historia "sobre viajes y dimensiones espirituales", ella reconoce que "se hizo cargo del caso por un sentido de misión." Y lo hizo con increíble energía, persistencia, astucia y no poco valor.
La investigación de Tucher la llevó a barrios, lugares de trabajo y hogares que el abogado a cargo del juicio de Rick había evitado visitar por considerarlos "demasiado peligrosos". Alison fue a cárceles y prisiones estatales para reunirse con criminales condenados, ganándose poco a poco su apoyo para llegar a la verdad. La frase completa en latín es pro bono publico, o sea, "para el bienestar público". Se requiere de una bondad auténtica para hacer verdaderamente el bien. Rick Walker lo llama "La gente de Dios ayudando a la gente de Dios".
Una travesía que él no eligió
Al pensar en el taller de reparación de automóviles que le gustaría tener algún día, Walker reflexiona hoy: "Si alguien viene a mi negocio, no es sólo para que le arreglen el coche. Viene para que lo arreglen a él, ¿sabe lo que quiero decir?" Es obvio que está hablando de reparar el alma. Él mismo pasó por esa situación, y necesitó de un ajuste.
"Yo había sido espiritual desde que era adolescente. Lo que pasaba era que, por mucho tiempo, no había puesto en práctica mi espiritualidad", dice Walker. "Siempre creí que yo tenía el control de mi vida, y que podía hacer todo lo que quería con ella. Al enfrentarme con ese momento crítico, cuando me encerraron en prisión y ya no tenía ningún tipo de control, comencé a explorar quién tenía en realidad el control. Cada vez que me ponía detrás del volante de mi vida y comenzaba a manejar, chocaba. Ahora Dios está conduciendo mi vida, y yo soy tan sólo un pasajero que disfruta del paseo, y la vista desde el asiento del pasajero es mucho más linda.
"Yo no quería permitir que la prisión dictara quién iba a ser yo, y eso es muy fácil que ocurra, porque el sistema es muy estricto. Así que mucha gente se ve envuelta en camarillas. Descienden por esos caminos y nunca logran regresar, pero yo me negué a ser parte de eso".
Otro de los ángeles en el camino de Walker a Damasco fue un compañero de prisión. "Dios puso un hombre en mi camino, que se llama Kermit Marshall. Tiene 60 años, y está cumpliendo una condena de entre siete años y cadena perpetua, pero ya ha estado en prisión 21 años. Él actúa como el 'pastor ayudante' de la Prisión Mule Creek. Todo en su vida gira alrededor de Dios, y todo lo que hablábamos se basaba en Él, en la creencia y en la fe. Él siempre me motivaba para que mantuviera mi curso y continuara haciendo lo que estoy haciendo, en oposición a lo que parece rodearme. Me ayudaba a mantenerme firme en el mensaje 'Estad quietos, y conoced que yo soy Dios'. Salmo 46:10. Desde el año 2000 hasta ahora, me he vuelto cada vez más fuerte".
El padre de Alison, Tony Tucher, empezó a visitar a Walker con regularidad hace unos seis años. Tony explica que los reglamentos de la prisión impiden que los visitantes lleven artículos personales a las áreas de seguridad. "Yo nunca llevé nada conmigo excepto mi preparación espiritual. Veía cada visita como una oportunidad para ver a Rick ya inocente y libre, dentro de la prisión. La primera vez que lo visité él era un hombre enojado. Y yo vi cómo se liberó de la amargura".
"La guía de las Escrituras es muy clara", dice Tony Tucher, parafraseando el comentario que hace Jesús sobre el curso a seguir: "¿Cuándo te visitamos en la prisión?'... 'Cuando lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste'". Mateo 25:34–40.
Rick Walker estima que tan sólo el 10 por ciento de todos los prisioneros reciben visitas durante su encarcelamiento. "Es gratificante saber que alguien allá afuera se preocupa por uno", dice. "Tony me visitaba constantemente. Gracias a él tengo un trabajo hoy. Tony me dice: 'Has pasado por el fuego, Rick, y ni siquiera olor a humo tienes'".
Las historias le dan valor
La historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego de la Biblia puede llegar a ser muy importante para un hombre joven que cumple su sentencia en Pelican Bay, "Un lugar en el que tu vida puede terminar muy rápidamente", dice Walker. En el libro de Daniel, tres jóvenes son condenados por cargos falsos, luego son atados y arrojados a un horno de fuego ardiente. Ellos reciben la visita de un ángel, y salen de aquel lugar sin haber sido tocados por las llamas. Lo único que se quema son las cuerdas que los atan. Véase Daniel 3:13–30.
"Lo único que naturalmente no les pertenecía eran esas ataduras", dice Walker. "Dios te preservará. Es verdaderamente un milagro que uno pueda pasar años en prisión y no ser tocado, sin recibir rasguño alguno, ¿no es así? Dios extiende Su cerca, Su protección, alrededor de uno... Dios le dice al profeta Malaquías: 'Pruébame ahora en esto, si no te abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre ti una bendición que no tendrás lugar suficiente donde quepa'. Paráfrasis de Malaquías 3:10. Así que me mantengo firme en las promesas de Dios".
Walker también recuerda que se reunía con Kermit Martshall y otros adoradores para cantar música gospel,* especialmente una canción que habla de la milagrosa liberación de Pablo y Silas de prisión. La canción, dice él, "habla de un terremoto, y la ruptura de cadenas... y que se abren las puertas de la prisión. Es una canción muy poderosa, y para los prisioneros era muy importante porque les daba esperanza y fortaleza saber que estas cosas pueden suceder".
Walker se sabe de memoria toda la historia. Pablo y Silas impidieron que su carcelero se suicidara. El carcelero limpió las heridas de sus espaldas y él y su familia fueron bautizados esa misma noche –inmersos en un clemente amor.
¿Es acaso el perdón en sí una recompensa? "Claro que sí", dice Rick, "es una gran recompensa. Cuando perdonamos nos liberamos de toda esa carga que llevamos encima. Todo aquello que no has perdonado, lo estás llevando todo el tiempo contigo. Una vez que empiezas a perdonar, desaparece el peso". Él menciona a miembros de su familia que nunca le escribieron ni lo visitaron, al fiscal del distrito que ignoró la evidencia de que era inocente, al juez que se quedó dormido durante el juicio, a los integrantes del jurado que fueron engañados por un testimonio muy conmovedor.
"Quiero que ellos comprendan que si bien caminé por el fuego, no me siento resentido por ello. Aprendí muchísimo". Él ha aprendido a "odiar el pecado y no al pecador". También aprendió a alegrarse cuando se da cuenta de que ha cometido una equivocación. "Me sacude un poco y no me permite ser jactancioso sobre quién soy. De modo que guardo esa experiencia. No me preocupa verme de rodillas".
Walker quiere regresar a la prisión, pero como visitante, para ayudar a aquellos que no tienen esperanza, que se sienten atados por las equivocaciones que han cometido, o que han sido tratados injustamente por el sistema judicial. También se preocupa por aquellos que están encerrados en otros tipos de prisiones, quienes están "aprisionados en sus mentes, en sus hogares, en sus cuerpos. Nos recluimos tras las puertas y ni siquiera conocemos a nuestros vecinos. Tenemos un plan predeterminado para el día, y nos encerramos en él".
"Su mansedumbre", dice Carolyn Tucher, "ha hecho que Rick sea tremendamente fuerte, pero también ha contribuido a que lleve su mensaje mucho más allá de su propio caso". Su liberación ha sido "una historia muy importante", tanto a nivel local como nacional. "Ha producido reformas", agrega Tucher. "Yo le doy crédito a la oficina del fiscal del distrito por haber investigado finalmente el caso de Rick con seriedad, y haberse preguntado cómo pueden dar los pasos necesarios para que nunca se vuelva a cometer una equivocación así... Están mejorando su capacitación. Han ofrecido pruebas gratuitas de ADN a individuos que han sido condenados por ciertos crímenes antes de 1992". Ella siente que el perdón incondicional que expresó Walker, permitió a los funcionarios del sistema judicial hacer una pausa, reevaluar y realizar cambios, en lugar de reaccionar y estar a la defensiva.
"Él no es el único prisionero que ha sido exonerado", dice Carolyn. "Por lo que pienso que el impacto que él ha tenido se debe a la calidad de su pensamiento. No existe tal cosa como una pequeña muestra de verdad".
Alison Tucher le dijo a un periodista que cuando ella escuchó que habían liberado a Rick Walker, "probablemente... estuve saltando por los pasillos". El júbilo muy pronto dio paso a sus instintos reformistas: "El sistema judicial comete errores. Son errores que no se pueden arreglar simplemente permitiendo que un hombre inocente salga de la prisión estatal. Él perdió 12 años de libertad, y fueron años importantes de su vida". Pero es "maravilloso poder arreglar el futuro. Ahora él puede ayudar a su familia, y cumplir sus propios sueños".
Dios me va a restituir esos 12 años.
Quedellis Ricardo Walker ahora puede soñar, pero él es más creyente que soñador. Considera que no debe elegir las partes de la Biblia que va a aceptar. "Nos quedamos solamente con las citas que nos gustan, que nos dan satisfacción. Pero también están las demandas de las Escrituras para que haya perdón, amor incondicional... dar y cuidar. Se supone que tenemos que hacer todas estas cosas..."
Walker también cree en la visión del profeta Joel: "Y os restituiré los años que comió la oruga". Joel 2:25. "Ocurre lo mismo conmigo", dice, "Dios me va a restituir esos 12 años".
*Cantos religiosos de la gente de color de América del Norte.
Compensación El 19 de septiembre de 2003, La Junta de Compensación de Víctimas y Reclamos Gubernamentales de California votó para pagarle a Rick Walker los US$100 diarios que establece la ley, por cada día que estuvo en prisión por error.
Cuarenta y ocho horas después el Gobernador Davis aprobó una ley autorizando el pago del reclamo de Walker. De acuerdo con expertos legales, el proceso de compensación por lo general lleva por lo menos dos años desde que se presenta la solicitud hasta que se efectúa el pago. En el caso de Rick Walker, llevó tan sólo tres meses.
