Varios años atrás, después de regresar de un viaje de negocios al exterior, comencé a dormirme constantemente. Me dormía cuando trataba de leer la Lección Bíblica semanal de la Ciencia Cristiana cada mañana, ¡aun antes de llegar a la primera frase! Me dormía durante el servicio religioso en la iglesia, y lo peor era que me dormía cuando manejaba el auto.
Esta condición persistió por unos diez días. Al principio pensé que simplemente debía superar el cansancio del viaje, y necesitaba dormir más, así que traté de irme a la cama más temprano cada noche. A pesar de esos esfuerzos, seguía anormalmente soñoliento.
Al recurrir a Dios en busca de una respuesta, leí una frase en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, que afirma: “Científicos Cristianos, sed una ley para vosotros mismos para que la malapráctica mental no pueda dañaros ni cuando dormís ni cuando estáis despiertos” (pág. 442).