La creencia popular insiste en que todo lo que existe, animado o inanimado, es material. Dice que todo en el universo está gobernado por las leyes físicas, desde el movimiento de los planetas hasta la salud del cuerpo. Pero ¿qué decir acerca de Cristo Jesús, quien constantemente demostraba dominio sobre las leyes materiales y sanaba en oposición a ellas? ¿Cuál era su opinión acerca de la materia?
Mary Baker Eddy, quien dedicó su vida a comprender y enseñar claramente a la humanidad la Ciencia del Cristo que respaldaba las palabras y obras de Jesús, escribe: “El concepto que tenía Cristo Jesús acerca de la materia era el opuesto del que abrigan los mortales: su natividad fue un concepto espiritual e inmortal del mundo ideal. Su misión terrenal fue traducir la sustancia a su significado original, la Mente. Caminó sobre las olas; convirtió el agua en vino; sanó a enfermos y pecadores; resucitó a muertos, y quitó la piedra de la puerta de su propia tumba. Sus demostraciones del poder del Espíritu virtualmente vencieron la materia y sus supuestas leyes” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 74).
Lo que Cristo Jesús introdujo, practicó y probó de manera tan concluyente que era verdad, fue un nuevo paradigma, uno basado en la totalidad del Espíritu, o la Mente. Su comprensión de que la sustancia y la ley proceden del Espíritu, Dios, y por lo tanto eran espirituales y mentales, no materiales, estaba de acuerdo con el Primer Mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3).
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