Durante muchos años, mi vista pareció ir declinando; primero para leer y después, para ver de lejos.
Realmente no traté mi vista por medio de la oración y continué eligiendo anteojos de moda que pensaba mejoraban mi aspecto. Luego conseguí un par de lentes que me ayudaban a ver de lejos y a leer. Sin embargo, a principios del año pasado se me cayeron cuando andaba en bicicleta y se rompieron. Como resultado, tuve que volver a ver al oculista, quien me dijo que los lentes no se podían reparar y que pensara en unas £400 (alrededor de US $568 de aquel entonces) para reemplazarlos. En ese momento, no tenía los fondos adecuados para hacerlo, así que decidí no usarlos.
En aquel tiempo, también estaba trabajando en la tarea de mi asociación de estudiantes de la Ciencia Cristiana, la que consistía en leer por completo Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, como si fuera un “nuevo libro para mí”. Cuando llegué al capítulo “El Apocalipsis”, leí donde cita el versículo 1 de Apocalipsis 21, y realmente me impresionó que San Juan “viera” un cielo nuevo y una tierra nueva: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”.
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