Cuando era niño, mi madre me recitaba todas las noches una oración cuando me iba a dormir. Ayudaba a que me sintiera cerca de Dios y supiera que mi Padre-Madre Dios estaba conmigo, una fuente eterna de vida y amor. Me daba una reconfortante sensación de paz, protección y cuidado.
La oración era un verso de Mary Baker Eddy titulado “El regalo de Año Nuevo de la Madre a los niños pequeños”. Dice así:
Padre-Madre Dios,
en Tu amor,
guárdame al dormir,
guía mis pies al ir
de Ti en pos.
(Escritos Misceláneos, pág. 400)