En la versión King James, así como en otras traducciones de la Biblia, la palabra temor se usa con frecuencia para describir cómo deben los adoradores manifestar su reverencia a Dios. Por ejemplo, este mandato parece claro: “Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma?” (Deuteronomio 10:12, LBLA). La gente familiarizada con la Biblia King James está acostumbrada a esos usos de la palabra temor que hacen referencia al respeto, honor, admiración y amor, cuando leen pasajes como este.
Por supuesto, hoy en día la mayoría de nosotros piensa que temor significa sentir miedo. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Siempre comienza tu tratamiento apaciguando el temor de los pacientes. … Si logras eliminar el temor por completo, tu paciente es sanado” (págs. 411–412).
Tuve una experiencia que me abrió los ojos respecto a la importancia de eliminar este tipo de temor. Recientemente, estaba corriendo cuando sentí un dolor muy fuerte en una rodilla, pero realmente no tuve miedo; solo dolor. Estaba molesto y enfadado porque este problema era crónico. Oré, mientras continuaba corriendo, y mis oraciones me guiaron a pensar en la naturaleza perfecta de Dios y a adorarlo. No necesitaba pasar un tiempo evaluando esa adoración y considerando lo que me decían los sentidos físicos, sino simplemente dar a Dios mi amor y mi atención de todo corazón y sin reserva alguna. El cambio fue inmediato. Cuando me entregué de lleno a adorar y a amar a Dios por completo mientras corría, el dolor desapareció totalmente y terminé la carrera con gran alegría. Y estoy agradecido porque el dolor, que por varios años había sido un compañero indeseable pero constante cada vez que corría y después de hacerlo, no ha vuelto a ser un problema en ninguna de mis carreras desde entonces. He sanado.
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