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Original Web

Sana de herida en la cabeza

Del número de junio de 2019 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 26 de abril de 2019 como original para la Web.


En agosto del año pasado, caí golpeándome muy fuertemente la cara contra el piso de concreto afuera de una clínica donde mi esposo había ido a hacerse una revisión médica. Debo de haber estado momentáneamente inconsciente, pues recuerdo haberme caído pero no haber golpeado el suelo. Tenía un corte profundo en la frente, pero de inmediato les dije a los que me rodeaban que estaba bien. En lugar de mirar la herida, decidí recurrir a Dios en oración y aferrarme a la verdad de mi identidad espiritual.

 Una enfermera que me llevó adentro dijo que la cortadura era profunda y no dejaría de sangrar sin una sutura, pero no acepté eso y le dije que llamaría a un practicista de la Ciencia Cristiana, y así lo hice. La enfermera también predijo que tendría dolor de cabeza. Pero esto nunca ocurrió, y el sangrado intermitente se detuvo aquella noche. Si hubiera tenido suturas, habría salido de la clínica con una herida suturada y nada más. En cambio, la herida sanó rápidamente como resultado del tratamiento de oración del practicista y mis propias oraciones. También obtuve un sentido más profundo de la verdadera identidad del hombre como uno con Dios, hecho a Su imagen, como declaran las Escrituras.

Al orar por este incidente, comprendí que no hay dos de mí (o de cualquiera): por un lado un mortal físico y material sujeto a todo tipo de discordancias, y por el otro la imagen y semejanza eterna de Dios que refleja Sus cualidades completamente armoniosas. Mary Baker Eddy escribe en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Puesto que el hombre jamás nace y jamás muere, le sería imposible, bajo el gobierno de Dios en la Ciencia eterna, caer de su estado elevado” (pág. 258). Entonces, ¿qué punto de vista acerca del hombre iba yo a aceptar: las imágenes ilusorias y engañosas del hombre que sugieren lo que el Apóstol Pablo llama mente carnal, opuesta a Dios, o el reflejo espiritual y perfecto de la única Mente divina? Opté por aceptar la espiritual y alabé a Dios por Su amor infinito, en el cual el hombre y toda la creación son uno con Él.

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