Casi todas las veces que paso por nuestras escuelas locales, le pido a Dios inspiración para orar por sus estudiantes y su personal. A veces, tomo un sinónimo de Dios y pienso en las cualidades que se relacionan especialmente y que están presentes para todos en la escuela.
Por ejemplo, afirmo que como Dios es la Mente, Él sabe todas las cosas. Por lo tanto, siempre sabe dónde están Sus hijos, Sus ideas. Las ideas de la Mente jamás pueden apartarse de Dios, en quien no existe ningún mal que pueda hacerles daño. Puesto que son Su creación espiritual y perfecta, todas las ideas están situadas de una forma correcta y constante respecto a la Mente y unas con otras.
Me encanta terminar mis oraciones declarando que Dios es la fuente de inspiración de todos y reconociendo que ayuda mucho conocer la verdad acerca de Dios y Sus hijos.
Uno podría ser perdonado por preguntarse si dicha oración realmente tiene algún efecto. En una ocasión, vi una agradable señal de aliento en este sentido. Hacía ya un tiempo que los electores no aprobaban ningún aumento de sueldo en nuestro distrito escolar. Durante el período previo a la votación sobre el presupuesto de la escuela, yo —y estoy segura de que otras personas sinceras también— oré por esto, reconociendo que podíamos esperar un resultado correcto que beneficiara a todos. También me sentí inspirada a votar por el aumento de sueldo, el cual fue aprobado.
La mañana después de la votación, al pasar por las escuelas con el auto, vi que varios miembros del personal estaban afuera agitando un enorme cartel que simplemente decía: “¡Gracias!”. Me conmovió hasta las lágrimas esta manifestación de gratitud. Yo sabía que algo más que el dinero había sido aprobado. La ciudad valoraba a sus maestros, ¡y ellos lo sentían!
He disfrutado tanto de orar al pasar por las escuelas, que ahora lo hago en otros lugares también. Esto no solo es muy alentador, sino que también hace que conducir sea divertido y tenga un propósito.
Mary Baker Eddy escribió: “Los actores del mundo cambian las escenas del mundo; …” (Mensaje a La Iglesia Madre para 1902, pág. 17). ¡Ora! ¡Inténtalo!, tal vez descubras que cambia la perspectiva de tu forma de pensar, y del mundo que te rodea, para mejor.