A veces parece como que la experiencia humana es constantemente vulnerable. Los titulares de las noticias ciertamente apoyan esta creencia. En nuestras propias vidas parece como que nos enfrentamos a diario con la sugestión de que somos seres vulnerables. ¿Es posible confiar en que nuestra salud, bienestar y seguridad son fijos, y no son susceptibles a ningún ataque?
La Ciencia Cristiana nos ayuda a alcanzar la profunda comprensión espiritual de que estamos seguros en Dios. Comienza reconociendo la absoluta totalidad de Dios, quien es el Ser Divino ilimitado y eterno, el Espíritu infinito. Esta fuerza todopoderosa e invisible –aunque se siente profundamente– es el Amor divino, el cual es reflejado por el hombre espiritual. Y este hombre de la creación de Dios no es el concepto que se tiene comúnmente del hombre como un ser material y mortal, sino la imagen y semejanza del Espíritu divino. Esta es la verdadera identidad de cada uno de nosotros.
El Cristo con amabilidad, persistencia y poder nos recuerda a cada uno de nosotros que el hombre es el reflejo total de Dios, sin demora o ausencia momentánea.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!