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Original Web

Curación tras un pronóstico desalentador

Del número de mayo de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 31 de diciembre de 2020 como original para la Web.


Quiero expresar mi profunda gratitud por una maravillosa curación que tuve en 2019. 

Un día, salí de mi camioneta para abrir la verja frente a mi casa, y no me di cuenta de que la camioneta no estaba totalmente estacionada. Empezó a andar, y la puerta, que había quedado abierta, me derribó; entonces el vehículo pasó por encima de mí, y me hirió gravemente las piernas y un pie.

Me llevaron al hospital. Los médicos estaban extremadamente preocupados por las heridas, sin embargo, en ningún momento tuve dolores, y cuando les dije que no quería medicación, respetaron mi decisión. 

Mi hija llamó enseguida a un practicista de la Ciencia Cristiana, quien de inmediato accedió a orar por mí. En nuestra conversación, me recordó que nada podía jamás cambiar mi identidad como hija de Dios, y que nunca podemos estar separados de Su amor.

Basándome en la comprensión de que el Amor perfecto echa fuera el temor (véase 1 Juan 4:18), no sentí miedo. El personal del hospital no podía creer lo tranquila que parecía estar, ¡yo misma estaba un poco asombrada! Estaba muy consciente de que Dios se hallaba conmigo.

Varios médicos me dieron alarmantes informes sobre los huesos rotos y la piel desgarrada. Me dijeron que, debido a mi edad, la piel tal vez no sanaría y, por lo tanto, quizás tendrían que amputar el pie lesionado, y posiblemente algo más. Dijeron que incluso si eso no fuera necesario, probablemente sería coja el resto de mi vida. En este punto, podría haber tenido mucho temor y confusión, pero logré mantener la calma. Sabía que Dios me estaba revelando continuamente al Cristo, el mensaje puro de Su amor, y que el Cristo estaba siempre presente. 

Quería irme a casa y escuchar solo a Dios hablándome. Conversé con mi querida hija, quien luego les explicó a los médicos que yo quería que me dieran el alta y apoyarme en la Ciencia Cristiana para la curación, como lo he hecho durante muchas décadas. Los médicos fueron insistentes, y me instaron a permanecer en el hospital, pero después de dos días, pude firmar un formulario de exención de responsabilidad y marcharme. 

Me llevaron a la casa de mi hija. Estaba muy agradecida de sentir el amor que mi familia y mis amigos de la iglesia me manifestaban, al leerme literatura de la Ciencia Cristiana todos los días, y feliz de tener la constante oración del practicista. Él siempre estaba disponible si me sentía ansiosa o temerosa, y me ayudaba a ver que el Cristo se encontraba en todas partes y que ni siquiera podía moverme sin que el amor de Dios me moviera.  

Una hermosa sensación de calma permaneció conmigo, a pesar de que mi pie en particular tenía un aspecto alarmante. No puedo comenzar a enumerar todas las verdades espirituales que se me revelaban, a medida que me venían nuevas ideas cada día. Las publicaciones periódicas y conferencias de la Ciencia Cristiana que escuchaba en línea eran motivo de mucha alegría. La Biblia y el libro de texto de esta Ciencia, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, significaban una gran fuente de inspiración para mí y fueron mis compañeros constantes. 

A través de mi estudio, me di cuenta de que los dos diferentes relatos de la creación en la Biblia describen percepciones totalmente opuestas de la realidad, las que no están conectadas de ninguna manera. En el segundo relato, Génesis 2, leí que la humanidad fue creada a partir del polvo —de la materia— y estaba sujeta a las leyes materiales. Esta creación incluía el bien y el mal, y terminó siendo una “maldición” tanto para el hombre como para la mujer. El primer relato, Génesis 1, habla de la perfección de todo lo que Dios crea, y en esta creación —la única creación verdadera— vivo, me muevo y existo (véase Hechos 17:28, LBLA). 

Dios, el Espíritu, es perfecto y, por lo tanto, Su creación debe ser espiritual y perfecta. El conocimiento de esto me sanó. Restauró completamente mi piel y reparó mis huesos, y pude volver a caminar. No tuve ningún dolor. Comprendí la verdad acerca de mí: que era espiritual y vivía en la armonía de Dios. Declaré con absoluta convicción que la creencia falsa no podía impedirme ver y experimentar las cosas como realmente son: perfectas y eternas. 

La siguiente cita de Ciencia y Salud ayuda a explicar lo que sucedió en este caso: “Cuando la comprensión cambie los puntos de vista acerca de la vida y la inteligencia de una base material a una base espiritual, ganaremos la realidad de la Vida, el control del Alma sobre el sentido, y percibiremos el cristianismo, o la Verdad, en su Principio divino” (pág. 322). 

Estoy en verdad agradecida porque la Ciencia Cristiana realmente sana. Continúo cada día estando más consciente de la creación espiritual de Dios, la cual está aquí mismo, ahora mismo; en verdad, no hay ninguna otra.

Marilyn Hooker 
Penhook, Virginia, EE.UU.

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