“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27). Estos son los dos grandes mandamientos que llegué a conocer cuando me uní a este hermoso camino de la Ciencia Cristiana.
Sin embargo, mientras que “Amarás… a tu prójimo como a ti mismo” era fácil de decir, inicialmente parecía demasiado difícil de seguir. Antes, cada vez que alguien no concordaba conmigo o me decía palabras duras, no podía perdonar a esa persona u olvidar el incidente. Pero después de encontrar la Ciencia Cristiana, aprendí a perdonar, y comprendí que cuando perdonamos a nuestro prójimo y comenzamos a amarlo, solo entonces somos la semejanza de Dios.
He tenido curaciones físicas muchas veces al esforzarme por ser la semejanza de Dios, al perdonar y seguir las verdades que enseña la Ciencia Cristiana.
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