Hace varios años, comencé a experimentar un agudo dolor interno que en diferentes momentos se movía de un lado a otro, desde un costado hacia la espalda. Durante varias noches, me resultó muy difícil dormir. Llamé a un practicista de la Ciencia Cristiana para pedirle ayuda y pude ir a trabajar y desempeñar mis obligaciones como profesora durante el día; sin embargo, por la noche el problema era todo un desafío.
En ese momento, sentía mucha presión debido a mi carga de trabajo, ya que era el final del semestre. Al acercarse las fiestas, mi esposo con mucho cariño me dio un regalo de Navidad anticipado: un día entero para mí sola en un hotel local para orar y estudiar. Cuando me registré, el número de la habitación que me asignaron me recordó un himno favorito, que comienza de este modo:
En silencio buscaremos
y hallaremos al Señor;
escuchando Su mensaje,
que el Alma reveló.
(Fay Linn, Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 237, trad. © CSBD)
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