A lo largo de los siglos, los grandes pensadores han aludido al poder del pensamiento. Pero quien mejor demostró el poder del pensamiento espiritualmente correcto fue Cristo Jesús. De hecho, lo que enseñó en su Sermón del Monte podría incluso considerarse una “clase magistral” sobre cómo pensar correctamente.
Por ejemplo, él dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:43-45). Esta es solo una forma en la que Jesús instruyó a la gente a arrepentirse, lo que significa pensar de manera diferente.
En su obra seminal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, incluye esta frase en la primera página del Prefacio: “La hora de los pensadores ha llegado” (pág. vii). Ciertamente, este es un llamado a pensar correctamente; una manera de pensar que promueve la curación. Pero, por supuesto, encontramos que no todos los pensamientos son correctos. La Sra. Eddy aclara aún más esta importante distinción en Ciencia y Salud, cuando escribe: “¿Son los pensamientos divinos o humanos? Esa es la pregunta importante” (pág. 462).
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