Con gran alegría y gratitud, me gustaría compartir una experiencia que me mostró que solo hay una Mente, Dios, y que el hombre (nuestra verdadera identidad espiritual) es uno con esta Mente.
Hacía seis meses que estaba sirviendo como Segunda Lectora en nuestra iglesia filial, cuando de repente me di cuenta durante un servicio religioso que no podía escuchar al Primer Lector. A pesar de que el temor iba en aumento, insistí en que solo Dios tiene el control y que el servicio no podía ser interrumpido.
Después del servicio, le pedí a una practicista de la Ciencia Cristiana que orara para reconocer conmigo que Dios es Todo-en-todo. Esto significa que la creación de Dios es una con Él, ahora y para siempre. Oré para vencer el temor de que alguna vez podía estar separada de Dios.
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