Hace poco más de dos años, me llamaron para que fuera a la casa de mi hermano, que sufría de un intenso dolor abdominal y otros síntomas, y necesitaba ayuda inmediata. Como es Científico Cristiano, como yo, y se apoya en la oración para sanar, ya había llamado a un practicista de la Ciencia Cristiana para que orara por él.
Mientras me preparaba para ir a su casa y ayudar en todo lo que pudiera, agradecí por tener el tipo de trabajo que me daba la flexibilidad de tomarme un tiempo libre para cuidarlo.
Cuando salí de mi oficina, llamé al practicista, que estaba en otro estado, y le hice saber que iba de camino a la casa de mi hermano; me dijo que sabía de mi hermano lo que Dios sabía acerca de él por ser Su hijo inmaculado y completo. Decidí verlo de esa manera también. Pensé en las cualidades que el libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras identifica como necesarias para un enfermero; no solo un enfermero capacitado, sino cualquier persona que pueda ser llamada para cuidar a un amigo o ser querido. Explica: “La enfermera debe ser alegre, ordenada, puntual, paciente, llena de fe, receptiva a la Verdad y al Amor” (Mary Baker Eddy, pág. 395). En la Ciencia Cristiana, la Verdad y el Amor son sinónimos de Dios.
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