Deseo agregar al testimonio de mi esposa, unas cuantas palabras de agradecimiento por las innumerables bendiciones que la Christian Science me ha proporcionado.
Una de mis primeras curaciones, de hace unos treinta años, fué la de una seria dificultad que tenía para hablar. Desde aquel entonces he sido curado del mal genio, sabañones, influenza, y de un envenenamiento muy serio, esta curación esta última que no tardó más de unas cuantas horas en efectuarse.
Una curación muy reciente fué la de bronquitis, casí rayando en neumonía. Esto tuvo lugar mientras servía en las fuerzas armadas de mi país. Las ordenanzas del ejército exigían que yo pasara varias semanas en el hospital, lo cual resentí sobremanera. Como consecuencia de esto, pasé varias noches sintiéndome tan mal que ya no esperaba ver el amanecer.
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