El hecho de que el hombre es el reflejo de la Mente eterna nos asegura, en este mismo momento, la protección absoluta de Dios. Este hecho espiritual, tan significativo, se hace fácil de comprender en la Christian Science.
El uso de la palabra "reflejo", hecho por Mary Baker Eddy, al definir la naturaleza del hombre, se aparta considerablemente de la manera en que se había empleado el término hasta entonces. A juzgar por el uso constante que ella hacía de esta palabra, la preferencia que ella le daba debiera constituir un estímulo para que todo discípulo de la Christian Science se esfuerce por obtener la mayor comprensión posible de su significado.
El reflejo de un paisaje sobre el lago, y el reflejo de la cara en el espejo, no son del todo comparables con la verdad espiritual de que el hombre es el reflejo de Dios, aunque por cierto algo nos demuestran acerca de la naturaleza de esta verdad espiritual tan importante.
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