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La resurrección y la ascensión

Del número de abril de 1947 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Nuestro bendito Maestro Cristo Jesús, mediante sus enseñanzas y su ejemplo, en una época de materialismo, tinieblas y superstición, pudo darles, tanto a sus contemporáneos como a generaciones subsecuentes, la gloriosa luz de un sentido más divino de Dios. Sus hechos, en cumplimiento de sus palabras, "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia", despertaron la conciencia humana a percibir y en cierto grado a entender, la naturaleza espiritual del hombre como inmortal. En verdad, su ejemplo fué para los ciudadanos de la tierra, la alborada matutina sobre la antigua noche de tinieblas y caos.

Desde el principio de su carrera, percibió las verdades de la vida eterna desarrollándose en grado siempre creciente, hasta alcanzar el apogeo en su resurrección y ascensión. Cuando apareció a sus discípulos, tres días después de la crucifixión, en la misma forma corpórea de antes, "él probó", como lo explica Mary Baker Eddy en la página 44 de su libro Science and Health with Key to the Scriptures (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras), "que la Vida no muere y que el Amor triunfa sobre el odio." Su misión fué a la vez individual y universal y la lección que señala basta para todos los tiempos.

Cristo Jesús fué nuestro Mostrador del camino y lo que él hizo tiene significación vital para nosotros. Cuando el Maestro ascendió más allá de la visión terrenal de quienes le rodeaban, debe habérsele manifestado su entidad incorpórea, invisible a los sentidos físicos. A causa de lo que él hizo, se ha hecho posible para otros el emular su ejemplo, venciendo la muerte o el procedimiento de la muerte. La resurrección y la ascensión sobre todo lo terrestre y material, es la meta que el Maestro ha puesto delante de nosotros, y la Christian ScienceEl nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana." revela plenamente lo que significan estos pasos de progreso y elevación espirituales.

Pablo ha dicho: "Porque el ánimo carnal es muerte; mas el ánimo espiritual es vida y paz." Esto indica claramente que el ánimo carnal o mortal no se manifiesta sólo al momento de fallecer, sino que es un estado crónico de mesmerismo o falso pensamiento. Tales pensamientos carnales pueden abarcar un período de años. La muerte, entonces, no es un acontecimiento del momento, sino que es una condición del pensamiento erróneo que se asemeja a un sueño.

Cada vez que se corrije este pensamiento erróneo, se experimenta el bautismo del Espíritu. El ánimo espiritual que, según Pablo, constituye "vida y paz", se manifiesta a través de las curaciones que tienen lugar en el pensamiento y experiencia humanas. Este procedimiento de curación, debe continuar progresivamente hasta que todo error sea borrado del pensamiento de la humanidad. Jesús curó toda clase de males—el pecado, la tristeza, la miseria, la discordancia y la enfermedad—con anterioridad a su crucifixión y resurrección. Estas demostraciones, señalando, como lo hacen, la ascensión del pensamiento individual, son necesarias para el progreso.

El entendimiento glorificado de Dios como Vida, le capacitó a Cristo Jesús para resucitar a la joven doncella (Mateo, 9:18, 19, 23–25), al joven, hijo de la viuda (Lucas, 7:12–15) y a Lázaro, quien, según las Escrituras, había muerto hacía cuatro días. Cuando el cuerpo de Lázaro fué resucitado por el Maestro, se puso de manifiesto una mayor espiritualidad de parte de Jesús, pues sin duda fué necesario un mayor entendimiento para levantar a Lázaro, que para levantar a la hija de Jairo, o al hijo de la viuda de Naín.

En la demostración aun más elevada de su propia resurrección de la tumba, Jesús logró poner al alcance de sus discípulos el significado de su triunfo progresivo sobre el sentido material de la existencia. De esta manera cumplió todos los requisitos probatorios para verificar la ascensión sobre la materialidad.

En la página 75 de Science and Health, Mrs. Eddy nos dice: "Cuando os podáis despertar a vosotros mismos o a otros de la creencia de que todos tienen que morir, podéis entonces ejercer el poder espiritual de Jesús para reproducir la presencia de aquellos que han creído morir,—pero no de otro modo." En el monte de la transfiguración, el Maestro tenía con él tres de sus discípulos, "y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, que hablaban con él." ¿No probó Jesús cabalmente, en esta ocasión, el hecho espiritual de que había vencido "la creencia de que todos tienen que morir"?—pues allí estaba, en presencia de Moisés y Elías. Aun más, en este monte de la revelación en donde su conciencia se transfiguró, el Maestro previó su propio triunfo sobre la muerte y así lo expresó en el encargo que hizo a los tres discípulos, mientras descendían del monte. Díjoles: "No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." El pensamiento de los tres discípulos que le acompañaron, debe haber sido lo suficiente elevado después de este incidente, para abandonar en cierto grado la creencia de que la vida está en la materia, y para aceptar el glorioso hecho de la Vida divina.

Hoy en día, estamos a principios de una nueva era, el régimen de la revelación final de la Verdad—la Ciencia del Cristo, o la Christian Science. El final de una época y el principio de una nueva, que atestigua una revelación más elevada de la Verdad, suelen venir acompañados de disturbios y trastornos, como efecto de la catálisis que tiene lugar cuando el advenimiento de la luz espiritual destruye las creencias erróneas. Cuando se dispersan las nubes y el humo de la batalla se disipa, podemos ver el nuevo amanecer. Los resultados que se obtengan en esta época, en mucho dependen de los Científicos Cristianos, puesto que ellos son quienes deben atestiguar sobre la revelación de la Christian Science y quienes, por medio de la demostración, deben traer a esta era el reino del Principio divino, el que pueden ayudar a establecer entre los pueblos de la tierra mediante una mayor purificación y espiritualización del pensamiento.

Nosotros en este preciso momento estamos principiando la ascensión espiritual que fué consumada por Cristo Jesús. La Christian Science, que aclara al entendimiento las obras del Maestro, su resurrección y ascensión, revela el hecho adicional de que nosotros también debemos vencer, como él lo hizo, todo sentido de materialidad, toda creencia en la vida material. Nuestro crecimiento espiritual será seguro, en la proporción en que amemos a Dios de manera suprema y busquemos la purificación y espiritualización del pensamiento, mediante la oración y la purificación constantes. El Amor divino nos apoya y sostiene durante toda nuestra jornada ascendente y, sin duda alguna, finalmente nos habremos de encontrar de pie sobre el monte de la revelación y contemplaremos toda la creación como espiritual y divina. Nuestra resurrección y ascensión son los mandatos ineludibles del Dios eterno, el que es todo Vida. Nuestro desarrollo en el entendimiento espiritual de Dios y Su Cristo, y la jubilosa tarea de elevarnos cada vez más, en pensamiento y demostración, hacia la luz refulgente del cielo, la armonía, sin duda constituye nuestra resurrección y ascensión. A medida que ascendamos hacia la cumbre de la revelación divina, manifestaremos en nosotros mismos y contemplaremos en nuestros semejantes, la naturaleza divina de Dios.

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