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Estoy en verdad muy agradecido por la...

Del número de julio de 1950 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Estoy en verdad muy agradecido por la Christian Science. No hay ningún problema, por insignificante o por difícil que parezca, que esta Ciencia, aplicada correctamente, no sea capaz de solucionar. Durante muchos años ella ha suplido todas mis necesidades.

Cuando yo conocía muy poco de la Christian Science fuí llevado al hospital para ser sometido a una operación muy grave y de mucha urgencia. A pesar de que la operación fué considerada todo un éxito por los médicos, éstos declararon que yo no viviría más de cuarenta y ocho horas. En seguida pedí que se solicitara la ayuda de una practicista y a partir de ese momento no tomé ninguna medicina. Todos los días se colocaban píldoras sobre mi mesa de luz, pero nunca me serví de ellas. Escapé de aquella sentencia de muerte y al poco tiempo me ví completamente curado, para gran asombro del personal del hospital y de tres especialistas. Salí del hospital a pie y al día siguiente hice un viaje de treinta millas, manejando yo mismo mi automovil.

En otra ocasión fuí curado de lo que aparentemente era un envenenamiento. Mi condición parecía ser grave. Toda una noche y durante la mañana siguiente tuve fiebre muy alta y la mayor parte del tiempo deliraba. Durante ese día me trataron en la Christian Science y a las pocas horas me curé. A las ocho de la noche tomé un tren que me llevó a una ciudad que distaba unos quinientos kilómetros, donde debía asistir a una cita de negocios a la mañana siguiente.

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