La ambición, debidamente entendida, es una ventaja y no un obstáculo. La Christian ScienceEl nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la “Ciencia Cristiana”. no destruya la ambición. Como con todas las cosas, así también con la ambición, la Christian Science sólo destruye el sentido falso, reemplazándolo con el concepto correcto. La ambición que se dirige hacia un objetivo material es falsa; aquella que conduce al progreso es verdadera.
La ambición verdadera se asemeja a la oración. Es el deseo que se encamina hacia un objetivo bueno de manera tan resuelta y tan asiduamente que el deseo se ve absorbido en la consecución, apaciguado por la comprensión de que el deseo espiritual o justo no es nunca estéril, sino que su cumplimiento es una eterna realidad siempre presente.
Algunos diccionarios incluyen este concepto correcto de la ambición. Al mencionar varias acepciones inferiores, señalan también el hecho de que la ambición es un “deseo enaltecido de alcanzar una meta o de obtener un buen resultado.” Para el Científico Cristiano, el deseo que puede describirse como “enaltecedor” es de un valor inapreciable. Tiene en verdad el mismo carácter que la oración.
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