Cuánto agradezco contarme entre la multitud de los que gracias a la Christian Science han encontrado a Dios, Padre-Madre del universo incluso el hombre. Antes de hallar la Christian Science yo nada sabía respecto a Dios por haberme criado en un hogar de agnósticos. Yo había estado enferma por muchos meses y había ido de un doctor a otro, y de un hospital a otro hospital, sin que sanara sino antes bien empeorando. Entonces oré a Dios pidiendo me guiara — sin saber siquiera quien fuera Dios. Pero lo que siguió sucediendo evidenciaba que mi oración había sido oída.
A fin de impedirme una completa prostración nerviosa parecía perentorio que dejara yo mi hogar aquí en el sur y me fuera al norte. Mi esposo hizo los preparativos necesarios y me llevó al aeropuerto; pero a la hora en que el aeroplano tenía que partir me enfermé tan agudamente que induje a mi esposo a que cancelara mi viaje y regresáramos a casa.
Al salir de la estación del aeropuerto mi esposo sintió el impulso de llevarse unos ejemplares de la literatura de la Christian Science que había en la caja usada para distribuirla al público. Al llegar a casa, él me atendió cuidando de que quedara cómodamente en la cama e inmediatamente comenzó a leerme de lo publicado en el Christian Science Sentinel. Leía el primer artículo apenas cuando yo me enderecé y le dije: "Mi querido, lo que lees es la verdad.” No lo comprendía yo entonces, pero en ese momento sané. Mi esposo siguió leyendo un rato, y luego yo me puse a leer hasta terminar dos Sentinels enteros. En seguida disfruté del primer sueño tranquilo que había tenido por algunos años sin tomar drogas y al día siguiente desperté completamente libre de mis males.
Tiempo después fuí a Nueva York en donde visité a un practicista de la Christian Science que años más tarde vino a ser mi maestro. Dos semanas después de esa visita el hábito de fumar a que había sido adicta por mucho tiempo me dejó libre permanentemente, sin que se me hubiera dado tratamiento específico para eso.
Amor, paz, armonía en el hogar nos na traído la Christian Science en los años que han transcurrido desde entonces. Es el Consolador divino y fué mi único solaz cuando perdí a un hermano muy bien querido. Nos ha revelado a mí y a mi familia que Dios es Padre-Madre de todos, nuestro único Médico, nuestra luz que nos guía y nuestro Todo en todo. Ha aguzado el acumen de mi esposo a tal grado que hemos progresado mucho en los negocios.
Pero aunque agradezco las bendiciones materialmente tangibles que hemos recibido, supera mi gratitud por el sentido espiritual que me ha advenido estudiando diligentemente las Lecciones-Sermones en el Cuaderno Trimestral de la Christian Science y todas las obras de Mrs. Eddy, y también obedeciendo a Dios y siendo dócil. Aunque antes contemplaba la falsa evidencia de los sentidos materiales y me irritaba y resentía lo que así veía, ahora cada vez que se me enfrenta alguna discordancia, puedo volverme a la Verdad en busca de las ideas correctas y comprendo la naturaleza perfecta de la creación de Dios.
Doy gracias a Dios por la Christian Science que viene haciendo tanto bien en el mundo, y por que esta gloriosa verdad llega ya hasta los últimos confines del globo terránqueo. Nunca cesaré de agradecer el bendito privilegio de haber recibido instrucción facultativa de esta Ciencia. — Miami Beach, Florida, E.U.A.
    