“Jehová ha consolado a Sión, ha consolado todas sus desolaciones; y ha convertido su desierto en un Edén, y su soledad en jardín de Jehová; regocijo y alegría serán hallados en ella, acciones de gracias y voz de melodía” (Isaías 51:3). Esta promesa y sus bendiciones han sido mías mediante mi estudio y aplicación de la Christian Science, que me fué presentada cuando mi vida era en verdad un páramo, un desierto sin esperanza ni gozo por tener mi salud quebrantada y sin poder atender a mis obligaciones caseras. Después de dar a luz a mi hijo quedé inhábil para andar y sufrí varias complicaciones que los auxilios médicos no pudieron curar.
Fué entonces cuando un estudiante de la Christian Science vino de visita al lugar en que yo vivía aquí en México y me habló del poder curativo de esta Ciencia. Me dieron a leer algunas de las publicaciones autorizadas de la Christian Science, y en ellas encontré la verdad que enseñaba nuestro Ejemplificador del camino, Cristo Jesús. Cuando acabé de leerles mi salud comenzó a mejorar, recobré el movimiento de mis piernas y pude andar otra vez normalmente.
Poco después me trasladé a Inglaterra, y allí comencé a ir a una filial Iglesia Científica de Cristo y a estudiar la Lección-Sermón en el Cuaderno Trimestral de la Christian Science. Con la ayuda de un practicista sané completamente de otras afecciones físicas.
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