En la Causa de la Christian Science, la luz central es el libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras.” Su autora, Mary Baker Eddy, que recibió la revelación completa y final de la Verdad que este libro contiene, no tenía ninguna duda de su origen divino. Dice ella en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia Científica de Cristo, y Miscelánea, pág. 114): “No fuí yo misma sino el poder divino de la Verdad y del Amor, infinitamente superior a mí, lo que dictó ‘Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras.’ Desde que lo escribí he venido aprendiendo el significado más alto de este libro.”
Lo que nuestra Guía aprendió del libro de texto, cómo aplicó lo así aprendido y lo que realizó mediante esa aplicación queda conservado en su mayor parte en sus otras obras en prosa después de haber escrito Ciencia y Salud. En estas obras en prosa hallamos no sólo la descripción de su propia curación que la llevó a su descubrimiento de la Christian Science, sino también relatos de otras muchas curaciones admirables que ella realizó subsecuentemente, en prueba convincente de que la revelación era divinamente auténtica. Sus otras obras en prosa dan cuenta de la fundación de la institución que Mrs. Eddy destinó a que protegiera la revelación y a que llevara a toda la humanidad el mensaje que cura.
Entre lo que consta en esas obras en prosa está la descripción de la construcción del edificio original de La Iglesia Madre y la Extensión, así como los mensajes que Mrs. Eddy dirigió con motivo de las dedicaciones de los mismos. Constan también sus mensajes a la Asamblea Anual, sus cartas a las iglesias filiales que dedicaban los edificios suyos; sus instrucciones a los conferenciantes, a los Lectores, maestros, estudiantes; anuncios de la fundación de los periódicos de la Christian Science, discursos a las asociaciones y muchos artículos que tratan de diversas fases de la Christian Science en su aplicación a los problemas de la humanidad.
Hasta este breve resumen de lo que contienen las obras en prosa de Mrs. Eddy indica ya la relación que hay entre la institución y la revelación — entre la Causa de la Christian Science y el libro de texto de esta Ciencia. Muestra que el libro de texto presenta la posición de Mrs. Eddy como Descubridora de la Christian Science, mientras que sus obras en prosa presentan su puesto como Fundadora de esta Ciencia. El estudio de sus obras en prosa teniendo presente esta relación nos hace estar mejor informados, y esto a su vez nos vuelve más consagrados obreros de la Iglesia. Contribuye a que estudiemos más cabal y concienzudamente el Manual de La Iglesia Madre, producto de su rica experiencia de Fundadora de la Christian Science, y que, como el libro de texto, fué inspirado por la sabiduría divina.
Sin la institución que la protege, la revelación quedaría expuesta a los caprichos de la fantasía mortal. Quedaría sin defensa contra los abusos de las supuestas mentes malignas que tratan siempre de adulterar sus verdades y así acabar con su potencia para demostrar. Careceríamos de pruebas de ese aliento divino que siempre trae consigo la revelación de la Verdad.
Quienquiera que entienda la indisoluble relación que existe entre la institución y la revelación, sabe que todo servicio que preste con sinceridad como miembro de la Iglesia contribuye a proteger la revelación. Por humilde que sea, tal servicio tiende a robustecer la influencia que para cuanto sea bueno la institución ejerce en la comunidad. Puede no darse cuenta el Científico de la influencia que imparte, pero el espíritu del Cristo que va con la devoción a la Verdad es la luz que no se puede esconder. “Alumbra a todos los que están en la casa” (Mateo 5:15). La refulgencia del Cristo es universal porque la Verdad no sabe de límites de tiempo ni de espacio. Es omnipresente, infinita, omnipotente, y se manifiesta mediante el Cristo.
La manera más eficaz de contribuir a la protección del libro de texto es demostrando las verdades que contiene. Sin esa protección, las fuerzas del mal podrían reclamar confirmación de su pretensión de que el libro de texto no tiene autoridad divina para la teología que enseña. Esto nos lleva al punto en el que se comprende que todo Científico Cristiano debe ser conocido en su comunidad por su habilidad para curar y su iglesia como un santuario en que hallar consuelo y curación. Mrs. Eddy nos recuerda en Ciencia y Salud (pág. 138) que el Maestro se dirigía a todos los que le siguieran cuando dijo (Marcos 16:15): “Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura,” y (Mateo 10:8): “Sanad enfermos.” Dícenos ella: “Era esta teología de Jesús la que curaba al enfermo y al pecador. Es su teología en este libro y el significado espiritual de esta teología, lo que cura al enfermo y obliga al malo a ‘dejar su camino, y al hombre inicuo sus pensamientos.’ ”
Dado que es la “teología en este libro y el significado espiritual de esta teología” lo que cura al enfermo y el pecador, todo Científico Cristiano está habilitado para curar en el grado en que entienda y practique en su vida las verdades que aprenda en el libro de texto. Cuando todos los miembros de la institución fundada tan desinteresadamente por nuestra Guía asuman la responsabilidad de curar que implica el hecho de ser miembros, nuestras iglesias reflejarán en toda su plenitud el poder espiritual que están llamadas a manifestar. El amor desinteresado impulsa todas las actividades de La Iglesia Madre y de sus filiales. Hacerse mimbro de esta institución uniéndose así a sus servicios divinamente impelidos, es dar prueba de que uno se ha compenetrado hasta cierto punto del significado de la revelación de la Ciencia que es la revelación del Amor a todos los hombres de que Dios es la Mente infinita y suprema; que el hombre es la idea de esta Mente, no un mortal pecaminoso sino la expresión incorpórea del Amor que no reconoce límites en la pureza y la bondad. Hacerse miembro es dar evidencia de que quien lo hace impulsado por el Amor está dispuesto a dejar el sentido mortal de sí mismo para llevar el mensaje de la Ciencia divina a la humanidad abrumada por el mal.
Dice Mrs. Eddy en Miscellaneous Writings (Escritos Diversos, pág. 145): “Cuando los corazones de los Científicos Cristianos se entrelacen tan unidos como sus nombres en la hurdimbre de la historia, la tierra desplegará majestuosamente la heráldica bandera de los cielos, resonando la canción de los ángeles: Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.”