A veces cuando no tenemos resultados rápidos de nuestras oraciones y de nuestra búsqueda profunda de la verdad, nos sentimos tentados a desalentarnos y a dejar de ahondar. Y decimos: “Es inútil, Dios no me oye; Él no me ayuda”. Pero con un poco más de esfuerzo podemos obtener el esclarecimiento y la verdad sanadora que necesitamos.
Pero, ¿qué hacer para ahondar más y llegar a la fuente de recursos espirituales? Esta pregunta se puede contestar si consideramos el ejemplo que nos dio nuestro Maestro, Cristo Jesús. Él mostró mediante sus palabras y sus hechos cómo la humanidad puede resolver sus problemas. Su base o punto de partida fue mantenerse constantemente en comunión con Dios, manifestando la unión indisoluble entre Dios y el hombre. Él dijo: “Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30;
Para lograr esa unidad, es menester que nos identifiquemos con nuestro Padre, es necesario comenzar por saber y comprender más acerca de la naturaleza de Dios y del hombre, pues no podemos valorar aquello que no conocemos. La Sra. Eddy dice: “El punto de partida de la Ciencia divina es, que Dios, el Espíritu, es Todo-en-todo, y que no hay otro poder ni otra Mente, — que Dios es Amor, y que por tanto es el Principio divino”.Ciencia y Salud, pág. 275;
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