David tenía su honda. Era un arma en que podía confiar. La había usado para proteger las ovejas de su padre contra los merodeadores. Sabía que la honda lo salvaría de Goliat.
Saúl le ofreció su pesada armadura y su enorme espada, pero David dijo: “Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué”. Le dijo a Goliat: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. .. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”. 1 Sam. 17:39, 45, 47;
Cuando la enfermedad parece un Goliat que se jacta de que puede lesionar y hasta matar al hombre, necesitamos armas en que podamos confiar. Muchas personas están seguras de que podemos confiar en las verdades espirituales que Dios nos ha dado en la Ciencia Cristiana.
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