Deseo expresar mi sincera gratitud por todas las bendiciones que he experimentado desde que empecé el estudio de la Ciencia Cristiana hace más de dieciséis años.
Por más de tres años había sufrido de un desplazamiento de los discos de la espina dorsal y no podía atender a las tareas de mi casa. Después de haber seguido varias clases de tratamientos, como el estar enyesada y el uso de un corsé ortopédico, el cirujano ortopédico me dijo que no podía hacer nada más por mí. Continué buscando la forma de sanar y seguí un tratamiento de un osteópata durante cerca de seis meses, y fue durante este tiempo que me hablaron de la Ciencia Cristiana. Me dieron algunas publicaciones sobre la Ciencia Cristiana para que leyera y después pedí prestado un ejemplar del libro de texto, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.
Empecé a asistir a los servicios religiosos en una filial de la Iglesia de Cristo, Cientifico, y decidí descontinuar todo tratamiento médico y apoyarme totalmente en la Ciencia Cristiana. Me sentí guiada a pedir tratamiento de un practicista de la Ciencia Cristiana. Continué asistiendo a la iglesia y estudiando con empeño la Biblia y el libro de texto, y una noche, durante una reunión de testimonios, sentí que había sanado, aunque no me había dado cuenta hasta ese momento. Me siento agradecida de poder decir que la curación ha sido permanente.
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