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ESCUELA DOMINICAL Descubrimientos en la enseñanza

[Este artículo de la serie “Sunday School — Discoveries in Teaching” se publicó originalmente en inglés en el The Christian Science Journal de junio de 1973.]

Iglesia y la afiliación a la iglesia ¿están en su plan de estudios?

Del número de junio de 1974 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El solo hecho de que los jóvenes vengan a la Escuela Dominical, no quiere decir que automáticamente quieran afiliarse algún día a La Iglesia Madre o a una iglesia filial. En efecto, después de terminar la Escuela Dominical, incluso alumnos que aman profundamente la Ciencia Cristiana, se alejan algunas veces de la iglesia.

¿Por qué? Existen numerosas razones. La ignorancia es una de las más comunes. Por sorprendente que parezca, muchos alumnos saben poco acerca de la iglesia: su Fundadora, su historia, su operación, la naturaleza de sus actividades, su alcance internacional — poco acerca de la influencia vivificadora que la Ciencia Cristiana ha tenido en los campos de la ciencia, la teología y la medicina, desde su descubrimiento, o de la influencia sanadora que el movimiento ha ejercido en la vida de individuos en los últimos cien años. Esta ignorancia puede traer aparejada una falta de inspiración acerca del propósito de la iglesia y una falta de visión acerca del papel de la iglesia en el cumplimiento de la profecía.

¿Qué podemos hacer para curar esta ignorancia? Los jóvenes pueden aprender mucho acerca del crecimiento espiritual que resulta de la afiliación a la iglesia, si lo ven en la vida de sus padres. Pero muchos alumnos tienen padres que no son miembros de la iglesia. De manera que, con frecuencia, un maestro de la Escuela Dominical es el vínculo más cercano o posiblemente su único vínculo directo con la iglesia durante dieciocho años. ¿Estamos inspirando a los jóvenes con un concepto de iglesia que encienda su imaginación? Los jóvenes quieren vivir una vida significativa. Ayudémoslos a que perciban la importancia de unirse a un movimiento que diariamente le prueba al mundo que el bien es el único poder. Si los alumnos pudieran captar la visión de Iglesia que tuvieron Cristo Jesús y Mary Baker Eddy, ¿no querrían ellos identificarse con la iglesia que emana de esa visión, con ese círculo de pensadores científicos que están cambiando el mundo?

El desafío consiste en mantener nuestra propia dedicación a la Iglesia tan viva que esta inspiración sencillamente fluya con naturalidad en nuestras discusiones en la clase. Por supuesto que no hablaríamos cada domingo acerca de Iglesia o de la afiliación a una iglesia; esto sólo ocuparía una pequeña parte del plan de estudios, mucho de lo cual puede cubrirse en las tareas para hacer en casa. Pero a medida que vaya creciendo el alumno, le irá siendo más importante comprender la relación entre la metafísica que está aprendiendo y la institución responsable de proteger y promover la revelación de aquellas verdades a esta época. También es importante considerar algunas de las preguntas que frecuentemente los mismos alumnos formulan acerca de Iglesia y la afiliación a una iglesia.

[Preparado por la Sección Escuela Dominical, Departamento de Filiales y Practicistas]

Por ejemplo, cuando una maestra preguntó a su clase qué pensaban acerca de afiliarse a La Iglesia Madre, lo primero que quisieron saber fue:

“¿Qué gano con afiliarme?”

Al dar respuesta a la pregunta, esta maestra sacó a colación tres puntos relacionados entre sí que deben ventilarse con los alumnos a lo largo de su estudio en la Escuela Dominical.

1. La relación de Mary Baker Eddy con la Iglesia.

2. La importancia del Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy.

3. Los frutos de la afiliación a la iglesia. Exploremos cada uno de ellos brevemente.

1 Al llegar los alumnos a la edad de diez u once años, la mayoría sabe que Mary Baker Eddy descubrió la Ciencia Cristiana, fundó La Iglesia Madre, y que es su Guía. Pero ¿saben...

• qué guió a la Sra. Eddy a fundar su propia iglesia;

• por qué esa iglesia fue disuelta más tarde;

• cómo fue establecida la organización de La Iglesia Madre y sus filiales (como la conocemos hoy) ;

• cuál es la relación entre la Iglesia de Cristo, Científico, hoy, y la histórica misión sanadora de Jesús;

• por qué afirma la Sra. Eddy que “la Iglesia, más que ninguna otra institución, en el presente, es el cemento de la sociedad, y debiera ser el baluarte de la libertad civil y religiosa”? (Miscellaneous Writings — Escritos Misceláneos, págs. 144–145.)

Puede ser muy útil a los estudiantes un estudio de todas las biografías que abarcan la obra de nuestra Guía cuando fundó su iglesia. También puede serlo una investigación de los libros tales como The Mother Church (La Iglesia Madre) por Joseph Armstrong y The Mother Church Extension (La Extensión de La Iglesia Madre) por Margaret Williamson (disponibles en las Salas de Lectura de la Ciencia Cristiana).

Después de asignar una biografía de la Sra. Eddy para ser leída en casa, otra maestra de la Escuela Dominical hizo un descubrimiento sorprendente:

“Había planeado originalmente dedicar sólo unos pocos minutos al comienzo de la clase para hablar acerca de lo que habían aprendido. Pero estaban tan inspiradas con una nueva apreciación de la Sra. Eddy que dedicamos considerablemente más tiempo a ello. Percibieron por primera vez la gratitud que le debían a nuestra Guía por todo el bien que habían estado experimentando y por cada curación que habían estado Dí fin a la exposición leyendo el reglamento ‘Alerta al Deber’ en el Manual (Art. VIII, Sec. 6). Cuando las niñas consideraron esto, sintieron la necesidad de apoyar a la Sra. Eddy y a la Causa. Como resultado, dos de ellas fueron directamente de la clase a pedir solicitudes para afiliarse a La Iglesia Madre”.

2 Desde luego que un conocimiento del Manual es de suma importancia para comprender lo que es Iglesia y lo que significa afiliarse a una iglesia. Sin embargo, ¿cuántos alumnos — incluso los de cerca de veinte años — están familiarizados con el Manual y con lo que representa?

Un alumno recuerda: “Cuando me gradué de la Escuela Dominical, recibí dos ejemplares del Manual — uno de una filial a la cual asistía mientras estudiaba en la universidad y uno de mi iglesia de donde yo vivía. Realmente agradecí la atención, pero, en cierto sentido, era como recibir un obsequio honorífico cuando uno se jubila. Los dos ejemplares del Manual quedaron guardados en un estante para libros, y no fue sino años después, cuando me afilié a una iglesia filial, que empecé a comprender el inmenso valor del Manual y lo que debiera significar a un Científico Cristiano activo”.

Hace varios años, la Escuela Dominical de La Iglesia Madre y varias Escuelas Dominicales de iglesias filiales adoptaron la norma de obsequiar a los alumnos con su propio ejemplar del Manual tan pronto como cumplían los doce años, en lugar de esperar hasta que cumplieran veinte. Mas el obsequiar un ejemplar del Manual a los doce años podría compararse con el simple acto de dar un obsequio honorífico, a menos que maestros y alumnos empezaran a analizar, a una edad todavía menor, tales preguntas como:

• ¿Qué hubiera ocurrido si el Manual jamás se hubiera escrito?

• ¿Cuál es la autoridad legal que tiene el Manual?

• ¿Qué le exige el Manual a La Iglesia Madre, a una iglesia filial, y a los miembros?

• ¿Por qué los Estatutos del Manual no son opiniones arbitrarias ni exigencias dictatoriales? (Ver Miscellaneous Writings, pág. 148).

• ¿Cómo la obediencia a Estatutos específicos cumple la convicción de la Sra. Eddy: “De esto estoy segura, que cada Reglamento y Estatuto en este Manual aumentará la espiritualidad de quien lo obedece, fortificará su capacidad para sanar al enfermo, consolar al que llora, y despertar al pecador” (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany — La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 230) ?

3 Uno de los conceptos que le es más difícil entender a la juventud, es el bien que se obtiene al afiliarse a La Iglesia Madre. Una manera de abordar la situación sería comparar el chutar la pelota de fútbol ocasionalmente y el formar parte de un equipo de fútbol. El formar parte de un equipo puede requerir un compromiso de largo alcance y mucha práctica. Pero todo este trabajo arduo trae recompensas que no podrían obtenerse de otra manera: el espíritu de equipo de que todos obren armoniosamente hacia una meta común, la amistad y apoyo de los compañeros de equipo, la mayor pericia que se obtiene de una práctica metódica, la emoción de jugar en partidos de importancia.

Y esto es lo que ocurre cuando los alumnos se afilian a La Iglesia Madre y a una iglesia filial. Forman parte de un equipo internacional de sanadores que se extiende a casi todas las partes del globo. Todo aquel que haya asistido a una Asamblea Anual de La Iglesia Madre, a una Reunión Bienal de Organizaciones Universitarias, o a una Reunión Regional de la Juventud ha sentido el amor y la inspiración que vienen de formar parte de este equipo. Y el apoyo de las oraciones de nuestros compañeros de equipo puede sentirse dondequiera que nos encontremos. Un miembro escribe:

“Cuando estaba en la universidad, me sentí muy deprimido, y no me parecía que estuviera recibiendo ningún aliento o apoyo de mi estudio de Ciencia Cristiana. Pensé que uno tenía que pagarle inmediatamente a un practicista cuando se le pedía ayuda. Debido a que no tenía el dinero para hacerlo, no lo llamé. La iglesia de la zona no tenía una Escuela Dominical, de manera que tampoco tenía un maestro de la Escuela Dominical a quien recurrir. Me sentí cada vez más desesperado por falta de ayuda. Finalmente, un día en que estaba sentado mirando fijamente mis libros, dirigí mi mirada al Manual de La Iglesia Madre. .. De pronto me vino al pensamiento lo que la Sra. Eddy dice en el Manual, que los miembros de La Iglesia Madre deben orar diariamente para ellos mismos y para toda la humanidad. Comprendí que yo estaba incluido en esa oración — que las oraciones de los miembros de La Iglesia Madre estaban bendiciéndome, protegiéndome y amándome. Sentí que había tenido un tratamiento. Un gran sentimiento de alegría y felicidad invadieron todo mi ser. Pronto estaba yo practicando la Ciencia Cristiana nuevamente y había recuperado mi confianza de que podría practicarla”.

¿Qué más puede ocurrir cuando nos afiliamos a un equipo de la iglesia? Los maestros pueden hablar con los alumnos sobre los resultados de la práctica metafísica diaria y de la autodisiplina y del ímpetu espiritual que viene con la afiliación activa a la iglesia. El estar en el equipo también nos da una oportunidad de usar nuestro talento por medios realmente eficaces. Enseñando en la Escuela Dominical, sirviendo en las Salas de Lectura, trabajando en las instituciones, o llevando a cabo otras actividades, continuamente tenemos oportunidades de probar cómo el Cristo eleva y transforma la vida de los hombres.

La maestra que preguntó a su clase qué pensaban acerca de afiliarse a la iglesia, recibió otras respuestas interesantes.

“Yo no estoy en favor de la organización”, dijo un joven. “No es para mí”.

Muchos jóvenes piensan así hoy en día. Indican sin tardanza que no necesitan afiliarse a una iglesia para orar a Dios o para ayudar a otros por medio de la oración. Y estaríamos de acuerdo. Mas sería interesante considerar por un momento: ¿Qué ocurriría si no existiera un movimiento de la Ciencia Cristiana?

• Si no hubiera publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, Salas de Lectura, conferencias, o programas radiales, ¿cómo podría la gente enterarse acerca de la Ciencia Cristiana?

• Si no hubiera cultos dominicales sanadores (la cosecha de nuestro estudio de la Lección-Sermón de la semana), si no hubiera reuniones testimoniales de los miércoles, si no se publicaran regularmente testimonios de curaciones previamente verificados, ¿cómo podría saber la gente que la Ciencia Cristiana cura?

• Si no hubiera una organización que certificara adecuadamente a los practicistas de la Ciencia Cristiana, ¿cómo podría alguien en necesidad de ayuda y curación encontrar un practicista calificado?

• Si no hubiera Comités de Publicación, ¿quién corregiría los conceptos equivocados del público acerca de la Ciencia Cristiana, y quién trabajaría para que se corrigieran leyes que usurpan el derecho de practicar esta religión?

A medida que los alumnos empiezan a percibir el valor de la organización eclesiástica, entonces puede el maestro dirigir los argumentos a la pregunta inevitable: “¿Cómo podemos tener esta clase de organización a menos que la gente se afilie a ella y la apoye?”

También le es más fácil a la juventud apreciar el valor de la organización si están comprometidos en el trabajo de la iglesia. Una maestra de la Escuela Dominical señala: “Muchos alumnos no pueden ver la importancia de la afiliación a la iglesia cuando llegan a los dieciocho o diecinueve años porque nunca se sintieron parte de la iglesia”.

Cuando los estatutos de una filial lo permiten, los alumnos de la Escuela Dominical que no son miembros de la iglesia pueden asistir a las reuniones de inspiración, y aquellos que estén espiritualmente calificados pueden servir en los comités — siempre que no tengan que abandonar la Escuela Dominical durante la clase.

Sin embargo, antes que despertemos el interés de los alumnos por la iglesia, tengamos la certeza de que nos hemos hecho estas preguntas en lo más profundo de nuestro ser:

1. Si los alumnos deciden que quieren convertirse en miembros activos, ¿los querrá aceptar como tales nuestra iglesia filial?

2. Una vez que se afilien, ¿les daremos oportunidades para que sirvan en alguna forma que les muestre cuán satisfactorio puede ser el afiliarse a la iglesia?

Otro alumno de la clase pensó “que se requiere demasiado de los miembros — como por ejemplo, no dejar que fumen o tomen bebidas alcohólicas”.

Aquí se presentó una valiosa oportunidad de hablar sobre lo que significa afiliarse a la iglesia. Tenemos que ayudar a los alumnos a ver que la afiliación puede aumentar su habilidad para curar, proporcionarles un ancla a la cual asirse durante las tormentas de dificultades, protegerlos de muchas maneras de la decepción, la confusión, y el fracaso, y llenar su vida de rico significado, propósito, y felicidad — si se esfuerzan por comprender y obedecer las exigencias de esta Ciencia del Alma.

El significado de estas exigencias, sin embargo, no es algo que los alumnos generalmente perciben de pronto. Y los estudiantes no necesariamente aceptan estos requisitos como válidos — simplemente porque un libro de texto o un maestro dice que es la manera en que deben ser las cosas. Una comprensión científica de por qué la obediencia a las reglas de la iglesia trae resultados sanadores, tiene que ser edificada, paso a paso, durante toda la experiencia del alumno en la Escuela Dominical. Se necesita una gran prudencia, paciencia, amor, y compasión para ayudar a los alumnos a comprender estas exigencias y a desarrollar un sentido de compromiso ellos mismos. Por supuesto, casi se sobreentiende que no podemos impartir lo que nosotros mismos no tenemos.

Por supuesto que todos comprendemos también, que no podemos empujar a los alumnos a que se afilien a la iglesia. La afiliación debe ser su demostración. Como maestros de la Escuela Dominical, hablamos sobre Iglesia y la afiliación a una iglesia para que los alumnos sepan cómo pueden enriquecer su propia vida al mismo tiempo que aumentan su habilidad para satisfacer espiritualmente las necesidades de toda la humanidad. De manera que tiene que ser nuestra demostración el ayudar a los alumnos en cada clase, a todo nivel de edad, obtener nuevos discernimientos acerca de lo que es Iglesia y su función. No merecen menos que esto.

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