¿Está nuestra vida a merced de fuerzas materiales sobre las que no tenemos dominio? La Biblia indica que no es así. En las Escrituras hay muchas narraciones sobre personas que probaron el dominio que Dios da al hombre: dominaron epidemias, inundaciones, características hereditarias, tormentas, muchedumbres airadas y la superioridad militar del enemigo.
Al comprender cada vez más nuestro ser verdadero, conforme nos enseña la Ciencia Cristiana, también nosotros seremos capaces de dominar las falsas pretensiones de que el poder está en la materia. Basando nuestros estudios en la Biblia y en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, aprendemos que Dios es el bien, el único poder y presencia — Todo-en-todo. Por lo tanto, es evidente que todo el espacio debe estar lleno del bien y que, en realidad, no hay lugar alguno para ninguna mente o fuerza erróneas. Las tormentas y calamidades no son ni naturales ni inevitables.
Podemos tomar cualquiera de los sinónimos de Dios que se dan en el libro de texto y aplicarlo a la creencia de las fuerzas malignas. Por ejemplo: Dios es Espíritu. Como el Espíritu es el único poder y presencia, no puede haber materia ni causa o efecto materiales. Las divinas energías del Espíritu son las únicas fuerzas que realmente existen. Las fuerzas materiales tienen sólo el poder que erróneamente les atribuimos.
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